La analítica y la tecnología como eslabón clave de los procesos
Por Aline Riquetti Emídio, especialista en Prevención de Fraude y Soluciones de Inteligencia Artificial de SAS.
Los gobiernos y dependencias en todo el mundo están enfrentando grandes presiones para ser más eficientes y efectivos, además de hacer más con menos. En particular, las autoridades a cargo de las aduanas están experimentando nuevos retos derivados de la pandemia, así como a la contracción de presupuestos y los crecientes riesgos.
Si bien en los últimos meses se han comenzado a normalizar las cadenas de suministro y el flujo de productos en fronteras y puertos, los desafíos siguen latentes. Las aduanas deben ser más ágiles y flexibles para cumplir con la vigilancia, normas y regulaciones, además de estar atentas a cualquier intento de fraude o delito.
Es cierto que los métodos tradicionales han funcionado en términos generales, pero las actuales condiciones globales y locales demandan utilizar métodos más avanzados para afrontar el dinamismo de consumo o posibles riesgos, mientras monitorea las innovaciones promovidas por los interesados en eludir el sistema. Es por ello que las autoridades aduaneras deben implementar herramientas tecnológicas como la analítica para mejorar sus procesos y asegurar el cumplimiento y mejora de servicios.
Asimismo, deben considerar y observar en todo momento la libertad de movimiento, reducir los riesgos, preservar la seguridad nacional y social, garantizar el correcto cobro de los aranceles, desplegar al talento humano en los lugares indicados y garantizar que las revisiones no retrasen el tránsito de mercancías y personas.
Las agencias tienen el deber de aprovechar sus datos, los cuales con frecuencia están dispersos en diferentes fuentes. Reunirlos ayuda a detectar eventos sospechosos, identificar áreas de riesgo y emitir notificaciones a los agentes para que respondan de inmediato a fin de interceptar actividades ilegales o de alto riesgo.
Asegurando la eficiencia
Cada país es responsable de vigilar su fronteras y estar al pendiente de aspectos de seguridad nacional, migración, prevención de contrabando y el paso de drogas, además de hacer uso eficiente de los recursos y fondos públicos para cumplir con la legislación local e internacional.
En un mundo donde los datos son clave, es fundamental el uso de procesos y tecnologías que aseguren la eficiencia para identificar e investigar actividades sospechosas.
Muchos gobiernos han elevado sus requisitos para reunir datos. Además, las autoridades aduaneras tienen acceso a una amplia gama de fuentes entre las que destacan manifiestos, solicitudes de permisos y visas, listas de vigilancia o listas negras, expedientes, reportes de inteligencia y sistemas no intrusivos.
Una mirada holística
Respecto al capital humano, los agentes pueden tener ciertas limitaciones para identificar manualmente los patrones de actividad inusuales, ya que estos cambian cada vez que se identifican. Por tanto, optan por utilizar la analítica para identificar cargas o pasajeros de alto riesgo y poner todos esos datos a disposición de sus colaboradores con el fin de garantizar la seguridad social y nacional.
Complementada por la Inteligencia Artificial (IA), el machine learning y la minería de datos, la analítica les brinda una vista holística de todos los datos disponibles, y les ayuda a identificar las relaciones ocultas y sacar a flote las redes sociales alrededor de gente, organizaciones, cargamentos y otros elementos.
De igual forma, permite diseñar escenarios de vigilancia y reglas que identifican áreas de preocupación en torno a mercancías, viajeros y eventos de alto riesgo o sospechosos, alertando automáticamente a analistas y agentes.
En un entorno en el que el comercio internacional se acelera y en el que la vigilancia en las fronteras es crucial, los agentes y analistas aduaneros deben trabajar con información de acceso simple y completo.
Es importante que las autoridades responsables en cada país provean a sus colaboradores las herramientas analíticas y sistemas de colaboración que les permitan aprovechar los datos, hacer análisis precisos de los riesgos, realicen una vigilancia proactiva y gestionen casos e investigaciones de forma eficiente. Solo de esta manera podremos ver una repercusión positiva en el intercambio de mercancías.