La ciberseguridad como un asunto de Estado
Por Walter Montenegro, gerente de Ciberseguridad de Cisco Chile.
Sabemos que en la actualidad existen grandes cantidades de dispositivos conectados, pero, producto de la pandemia y la necesidad de comunicación y continuidad operativa de personas y empresas, el número creció a pasos agigantados en pocos meses.
Esto trajo como consecuencia un sinfín de desafíos y riesgos pues existen más datos que se deben proteger, lo que llevó a las organizaciones a tomar acción y reforzar sus estrategias de ciberseguridad. Pero esto no solo fue un problema para las organizaciones sino también para los Estados quienes deben garantizar la seguridad digital de la ciudadanía, sobre todo en estos tiempos de hiperconexión.
Los Estados deben tomar un rol activo en materia de ciberseguridad, pues es un asunto que involucra y afecta directamente a los ciudadanos. Es así como en Chile en 2017 se publicó la Política Nacional de Ciberseguridad con objetivos claros, los cuales en estos años se ha ido dando cumplimiento mediante una hoja de ruta y que tiene fecha de término para el 2022.
Si bien el país ha tenido avances significativos en cuanto a políticas públicas y ciberseguridad, esto se evidencia en el ranking global de ciberseguridad publicado por la ONU en el que Chile escaló nueve puestos, aún falta mucho camino por recorrer, pues los desafíos en esta industria cambian día a día.
Viéndolo desde ese punto de vista, considero que la política nacional de ciberseguridad ha ido cumpliendo con el objetivo planteado, no solo a la hora de poner a la ciberseguridad dentro de la conversación y sobre la mesa, sino también de realizar acciones concretas como la presentación de proyectos de ley y la creación de instituciones como el CSIRT del gobierno, que cada día aporta no solo al mundo público sino también al privado, y la colaboración con organismos internacionales como la OEA.
La ciberseguridad se debe continuar desarrollando, pues la tarea no finaliza el año 2022, sino que debe renovarse con nuevos objetivos que nos permitan madurar como país y estar mejor preparados para afrontar los desafíos e incidentes venideros.
Sin duda, para tener una cultura digital y de ciberseguridad aún nos queda camino por delante. El solo hecho que contemos con una política nacional de ciberseguridad es un gran progreso, y no sólo que esta sea declarativa, sino que también se haya redactado con un objetivo claro, con fechas y responsables del cumplimiento, lo que ha permitido mejorar en el nivel de madurez en esta materia.
Las mejoras que hemos tenido como país nos tienen que servir de motivación para seguir avanzando y trabajando y no pensar que la tarea ya está realizada. Debemos acelerar el perfeccionamiento de nuestro marco legal y regulatorio, al igual que la definición mediante una ley sobre los organismos y/o empresas que serán consideradas como infraestructura crítica.
Es clave seguir trabajando en la educación y sensibilización de buenas prácticas en materia de ciberseguridad en la ciudadanía, con niños, jóvenes, adultos y tercera edad. Solo así lograremos ser un país con más seguridad digital.