Cae un satélite gigante de Google en Huila, Colombia
Como ya sucedió hace unos meses, un satélite de Google ha impactado contra el suelo, aunque afortunadamente no ha causado dañor materiales ni personales.
Los ciudadanos de una finca arrocera situada en el departamento colombiano del Huila amanecieron el pasado lunes asustados a causa del choque un artefacto gigante contra el suelo y se ha sabido que se trata de un satélite de Google de nada menos que 200 kilogramos de peso, que perdió el control durante las pruebas que realiza para llevar Internet a más lugares.
Dicen los habitantes de la zona que se asustaron al pensar que podría ser algún tipo de objeto extraterrestre. Afortunadamente no ha causado dañor humanos ni materiales, aunque por el peso del satélite, podría haberlo hecho. Las autoridades también que los satélites utilizan globos de helio de gran altitud, situados en la estratósfera. Además viaja por ella a unos 20 kilómetros de altura y entre 8 y 32 kilómetros de velocidad.
Esta no es la primera vez que la firma de Mountain View protagoniza un incidente similar. El pasado mes de febrero,los habitantes de una localidad del departamento colombiano de Tolima, de nombre San Luis, se encontraron con un satélite al que muchos confudieron con un OVNI (Objeto Volador No Identificado) y que resultó ser un dispositivo de la firma Google para llevar Internet a zonas rurales y que se cayó.
Como ya publicó SiliconWeek, Alphabet, marca donde se ubica ahora Google anunciaba a comienzos de este año su intención de lanzar 30 globos aerostáticos para llevar Internet a más puntos del planeta, dentro de la iniciativa que se ha bautizado como Proyecto Loon. La compañía se encuentra en proceso de mejorar su producto con el objetivo de lanzar oficialmente sus satélites antes de que concluya este año. Lo que no concretaba la firma era dónde serían lanzados estos globos de prueba y parece ser que los cielos de Colombia han sido uno de los lugares.
El proceso resulta largo porque se encontraron varios retos: primero hubo que conseguir que los globos pudieran volar al menos durante 100 días y dotados de conexión, además de analizar materiales varios y agentes externos como el clima, para lo que han contado con la participación meteorología e inteligencia artificial para entender mejor cómo cambian las condiciones climáticas.