Nadie sabe más de tí que Facebook
Facebook sabe una infinidad de cosas sobre tu vida. Recuerda que es dueña de Instagram y de WhatsApp. Analizamos el qué sabe y por qué debería preocuparnos.
¿Te imaginas cuántas cosas puede saber Facebook de tí? Y cuando hablamos de Facebook, nos referimos a esta red social, la más usada del mundo; a WhatsApp, la herramienta de mensajería instantánea con más usarios en el planeta, y a Instagram, la plataforma donde, a través de fotografías, informamos de todo lo que hacemos, comemos, ejercitamos o visitamos a lo largo de nuestros días; y gracias a lo que comentas en ‘privado’ por el Messenger. Todas ellas son propiedad de la red creada por Mark Zuckerberg, que acaba de realizar una nueva adquisición: la aplicacion Tbh, la cual permite realizar preguntas sobre amistades y opinar de forma anónima y que ya acumula cinco millones de descargas en tan solo tres meses.
El titular es un poco falso. Sí que hay alguien que sepa más de tí. Es Google, que recaba tus informaciones a través del mail de Gmail por el que te comunicas; gracias a lo poco que puedas publicar en Google +, una red social que no ha llegado a triunfa al mismo nivel de otras; a través de lo que busques o te descargues en tu smartphone basado en Android y creado por la misma empresa; o por todas esas dudas y cuestiones que planteas en el navegador Chrome. Pero ahora vamos a hablar de Facebook. Y cabe destacar aquí algo que, parece ser que no todos los usuarios saben o son conscientes de ello: cuando borras algo ya compartido, un estado, una conversación…. solo se hace invisible para tí mismo o si alguien entra a tu cuenta. Pero la red social lo guarda para siempre en sus servidores. Y, lo que es peor, si alguien lo hackeara, podría llegar a hacerlo público.
Pero el tema de seguridad ya es otra historia. Vamos a centrarnos en todo eso que la reina de las redes sociales conoce de los ciudadanos.
¿Qué sabe Facebook, además de lo que publicas en las redes sociales?
Por si fuera poco el hecho de que Facebook tenga el derecho de almacenar para siempre todo lo que publicas en Facebook y en Instagram y de todo lo que conversas en Messenger y en WhatsApp, las aplicaciones de mensajería instantánea más usadas, no hay que olvidar que, cuando descargas la app de Facebook o la de Messenger (en general todas las app tienen grandes exigencias) en tu celular, estás dando permiso para que accedan a muchos asuntos de tu dispositivo. ¿Alguna vez te has parado a leer, y a pensar, en toda la información a la que una aplicación dice ‘necesitar’ acceder cuando la descargas en tu smartphone? Aquí los ejemplos de la información a la que acceden las apps de Facebook y Messenger: identidad, contactos, cámara, micrófono, lista de contactos, fotos multimedia, calendario, ubicacción, informaciones de tus conexiones a WiFi, tus fotos y archivos multimedia y hasta al historial de las aplicaciones y de tu dispositivo.
Otro asunto, como advirtió hace un tiempo la empresa de seguridad española Panda Security es que, si no cierras la sesión en una red social o en un servidores de correo electrónico, estos puden recopilar la información de lo que navegues por la Web aunque sea en otras pestañas. Es decir, que mientras tienes tu Facebook abierto en el navegador, parece ser que puede acceder a aquello que accedas en otras pestañas del mismo.
‘Personas que quizás conozcas’
“Mi cuenta de Tinder está ligada a un perfil falso de Facebook que nunca he usado y el cuál está unido a una dirección de correo eletrónico que tampoco utilizo y donde no hay mis datos reales”, comenta una usuaria mexicana que explica que lo hizo por privacidad, porque sí le asusta mucho cómo los ciudadanos nos exponemos a través de la tecnología. Sin embargo, “el otro día me apareció como ‘amigos sugeridos’ un chico con el que hablo en la aplicación para conocer gente, pero me apareció en el perfil de Facebook que de verdad yo sí uso y que no está relacionado a la app de Tinder”, añade la joven. De hecho, afirma que ni siquiera tiene la app descargada en su móvil y que accede a través del navegador.
Nadie le ha dado una explicación del por qué, pero probablemente sea porque desde el mismo dispositivo ha entrado en las dos cuentas y el mismo Facebook, tan listo, ha hecho la conexión automáticamente de que ambas personas son la misma. Lo dice porque en esa cuenta que nunca ha usado, pudo comprobar que le recomiendan amigos que tiene en su perfil real. Otra opción sería que entre las plataformas hubiera habido un intercambio de información, ya que con ese chico se comunica también por WhatsApp. De ser así, esto sería una irregularidad: cuando Facebook adquirió WhatsApp alegó no estar capacitada para unir las informaciones recopiladas a través de los dos servicios de comunicación.
Sin embargo, no hay que olvidar, como publicó el pasado mes de mayo SiliconWeek, que la Comisión Europea comprobó que esto sí era técnicamente posible en el momento y que descubrió que la firma de Zuckerberg sí que compartió informaciones entre ambas herramientas, lo que le supuso una multa millonaria al otro lado del Atlántico.
¿Nunca te ha pasado que en personas que quizás conozcas sí que te aparezca alguien a quien conoces en la vida real pero con quien nunca has estado en contacto a través de Internet? Diversos medios internacionales ya han analizado en ocasiones cómo esa sección se ha ido haciendo ‘creepier’ (palabra que podría traducirse como extraño, en la más suave de sus definiciones).
La Red Social con sede en Menlo Park, ha desmentido públicamente que utilice la información de ubicación que tiene de sus usuarios para relacionarlos en esta sección. Pero mucho se ha rumoreado de que eso sea verdad. “Me mudé a una nueva casa, por la que pasa casi a diario una amiga de la chica que vive conmigo”, comenta una usuaria mexicana que afirma que “al segundo día en el que vino por la casa, me la recomendaron en mi perfil de Facebook, sin tener ni un amigo en común ni contacto por otras plataformas”.
SplinterNews publicó en una ocasión un análisis al respecto. A eso, un vocero de Facebook afirmaba que “la información de ubicación por sí misma no indica que dos personas puedan ser amigos, por eso la ubicación es solo uno de los factores que utilizamos para sugerir a personas que tal vez conozcas”, junto con asunto como amigos comunes, trabajo y educación, explicaba. El autor del reporte afirmaba que esto podría ser considerado un “desastre para la privacidad”. Como parece ser que esta práctica no sería muy legal, de acuerdo con la normativa de datos, los voceros de la red social corrigieron, apenas unos días después, esta afirmación, en un comunicado publicado en SlashDots y afirmando que esto no era cierto y que no se usaba la ubicación para sugerir nuevos contactos. Quién sabe. Las irregularidades de las empresas para conseguir sus propósitos no son un asunto nuevo.
¿Para qué quieren tanta información y por qué debería preocuparnos la privacidad?
Es fácil. En esta sociedad del consumo, cuanto más sepa una empresa de los ciudadanos, mejor podrá vender lo que quiere o incluso condicionar sus decisiones de compra. La información es poder. Y es que, hay que tener en cuenta que todo eso que Facebook sabe de tí, no se lo queda, sino que lo vende a empresas que quieren publicitar sus productos y servicios a través de la red social. Las compañías están creando la capacidad de ofrecer anuncios, ofertas y servicios adaptados a nuestras propias preferencias. O incluso de modificar las intenciones de consumo de un ciudadano para beneficio de la empresa anunciante.
Muchos expertos en privacidad han hablado de que, si se puede conocer tan bien a la ciudadanía para condicionar así el consumo, quién sabe si no se podría hacer lo mismo para condicionar sus votos o su forma de pensar hacia un asunto de trascendencia, según le interese a un grupo de poder. Hay quien tacha esto de conspiraciones, pero lo dejamos por aquí, por si nuestros lectores quieren pensar en ello.
Las preocupaciones son varias en torno a la privacidad. Por un lado, los ataques cibernéticos son frecuentes y, ya se ha comprobado en diversas ocasiones, cómo tienen la posibilidad de dejar informaciones de las personas a la vista de todos. Recordemos el caso de Ashley Madison, una red social para infieles que quieren encontrar una pareja sexual, que fue atacada y que dejó en un PDF colgado por la web quiénes eran los usuarios inscritos.
Por otro lado, ya se ha conocido, gracias a Edward Snowden, que a los gobiernos y los cuerpos de inteligencia nacionales, les interesa muchísimo todo lo que los gigantes de Internet saben de sus ciudadanos. También a los de América Latina. Y no sería la primera vez que un ciudadano va a la cárcel por pensar diferente a lo ‘que debería’, como ha pasado en China, cuando Yahoo!, el que era uno de los portales y servidores de correo más usados en la década pasada, dio información privada al gobierno, que sirvió para meter en la cárcel a un disidente online. Fue por presiones. La firma prefirió traicionar al usuario, que quedarse sin el suculento mercado chino. Quién sabe si algo similar no pueda llegar a pasar en otras regiones que ahora sean democráticas y dejen de serlo en algún momento.