Volver o no volver a la oficina: ¿es esa la cuestión?
Por Mabel Ciancio, Founder de espaciosYA!
El efecto negativo de la pandemia en el mercado de inmuebles corporativos persiste, las empresas se resisten a tomar m2 desde 2020; especialmente en Microcentro y Puerto Madero. A pesar de la baja en los valores, las oficinas clase A siguen con récords de vacancia. La incertidumbre por nuevas variantes suma resistencia a volver a la oficina. El teletrabajo en combinación con estrategias híbridas son las apuestas para retener talento y optimizar costos de infraestructura. Las empresas que lideran el cambio combinan trabajo remoto con presencialidad en oficinas centrales, más una novedad: ofrecen opciones en hubs o puntos de reunión geográficamente dispersos.
En los últimos meses, el debate giró en torno a cómo volver. No es sencillo adoptar esquemas flexibles que satisfagan necesidades muy diversas, combinando el home office con la presencialidad en la oficina. Si algo está claro es que el management poseedor del talento se resiste a una vuelta full time. Es difícil volver a perder tiempo de viaje, sufrir exposición al aglutinamiento en el transporte público o pensar en sortear el tránsito. Por otro lado en empresas que no dudaron en dar de baja m2, cuesta la idea de resignar el impacto positivo en el balance por menores costos de infraestructura.
En Buenos Aires, se habla cada vez más de ciudades utópicas, el modelo de “ciudad de 15 minutos”, que promueve la planificación urbana con los barrios como centros de consumo, trabajo y educación. Estas tendencias siguen favoreciendo la descentralización y el resurgir de los barrios, dejando pendiente la transformación del microcentro en un barrio donde la gente pueda vivir cerca de su trabajo. Una idea que llena de esperanzas a propietarios de la zona es repensarlo como un “centro de experiencias”, aunque nadie es ajeno a que requerirá tiempo además de una gran planificación, inversión y flexibilidad legal.
En ciudades como Londres y New York, desde los municipios y el directorio de grandes empresas “en conjunto” se impulsó la vuelta con muchas dificultades, teniendo que resignarse a modelos híbridos en los que primaron esquemas de 3 días a la semana en la oficina y 2 en casa. Se buscó con el regreso salvar el ecosistema comercial de los centros urbanos y aumentar la productividad.
La demanda actual de oficinas se conforma con un mix de empleados corporativos, profesionales, emprendedores y micro pymes. Estos grupos necesitan salir de casa buscando demarcar la frontera del trabajo con lo personal; para escapar del burnout por una vida orientada a la productividad y el logro auto impuestos. Todos ellos prefieren espacios de cowork cerca de casa, dónde se pueda llegar caminando o en bicicleta. Los profesionales independientes y emprendedores que dejaron sus oficinas, sienten la necesidad de aumentar productividad para recuperar sus finanzas; más una dosis de ansiedad e incertidumbre en una economía de olas. Este público también se vuelca a coworks de bajo costo o a oficinas clase B flexibilizadas con contratos mensuales.
Se prioriza trabajar cerca de casa, en hubs de reuniones o espacios provisorios listos para producir, con una presencialidad part time. Esto hace que en Palermo y barrios del corredor norte, estos espacios están al tope de ocupación. No es la misma suerte del centro que, a pesar de trabajar con tarifas muy atrasadas, no logra una ocupación de más del 60% en la época más fuerte del año. La demanda en esta zona mutó hacia pequeños emprendimientos de la economía física, que buscan puntos de entrega en la ciudad o espacio para producir de bajo costo. Otra novedad es la reaparición de call centers en una versión más informal, prefieren oficinas de bajo presupuesto porque necesitan aumentar su productividad; principalmente en rubros de venta de autos, servicios y viviendas prefabricadas.
En suma, continuar con un esquema 100% remoto ya no es una opción en muchos de los sectores, por la baja en productividad e innovación. Por otro lado, hoy es impensable un regreso a la presencialidad todos los días de la semana. El futuro del real estate estará en un sector evolucionado, adaptado a las nuevas necesidades de profesionales, emprendedores, micro pymes y empresas, estructurado en espacios listos para usar y en línea con modelos híbridos que favorecerán un mejor equilibrio entre la vida laboral y lo personal.