Diversidad e inclusión, dos pilares que garantizan el éxito de todo proyecto
Por Cassandra Miyashiro, Directora de canales Brasil en Xerox.
La fortaleza de una empresa no solo radica en su capacidad de organización o en la profesionalización de su personal, sino en la riqueza obtenida de la variedad de conocimientos, forma de percibir la vida y habilidades diferentes que pueden existir en cada uno de sus miembros. Eso es a lo que verdaderamente podemos llamar diversidad e inclusión.
Al igual que de la combinación del azul con amarillo obtenemos un tono tan espectacular como el verde, de la inclusión de la fortaleza de un joven, en combinación con la experiencia de un adulto mayor podemos lograr un proyecto sólido y bien cimentado por la experiencia, a la vez que es impulsado por la fortaleza y los bríos de una nueva generación. Si eso podemos obtener de un par de colores, ¿qué amplia gama lograríamos de las diferentes tonalidades del arcoíris?
No por nada, expertos como Hervé Tessler, Presidente, Operaciones Internacionales de Xerox aseguran por experiencia propia que “La verdadera diversidad abarca cada aspecto de lo que hace que una persona sea única: no solo sus habilidades, destrezas y talentos, sino también sus actitudes, sistemas de creencias y puntos de vista”.
Abordar la diversidad es un tema complejo de asimilar, ya que no se trata de una simple diferencia de colores, creencias o preferencias, lo cual en sí ya es complejo. Pensar en diversidad es comprender la historia misma de la humanidad a lo largo de más de 200 mil años, desde que el homo sapiens hizo su aparición, y de ello podemos saber mucho gracias a los vestigios arqueológicos que a diario suelen encontrarse en diferentes partes del mundo.
No hay que ir muy lejos, hoy en día de los más de 7.6 millones de personas que existen en el planeta, no hay dos individuos exactamente iguales. Hablamos alrededor de 7,000 idiomas distintos y habitamos en 195 países diferentes. Por si fuera poco, cada uno cuenta con un código genético único e irrepetible.
Para lograr todo el potencial de la diversidad, es necesario trabajar en un elemento clave, este es el sentido de pertenencia, el cual no es difícil de alcanzar ya que, a pesar de la gran diversidad que hay entre todos nosotros, tenemos un elemento en común: “somos seres humanos”. Nuestras capacidades y posibilidades pueden ser diferentes, pero si consideramos el hecho de que pertenecemos a una sola especie, que compartimos necesidades particulares, y que podemos sumar todas las variantes con las que contamos, lograremos proyectos grandiosos e inimaginables.
Si de aprovechar el potencial de la diversidad se trata, lo ideal es contar con un abanico de estrategias que permitan una inclusión integral y efectiva, con acciones como:
- Contar con una plantilla equilibrada.- Que sirva de guía para la representación equitativa en todas las esferas de negocio.
- Un programa para la vida laboral-personal.- Que ayude a la gente en los diversos aspectos de su vida personal.
- Una difusión precisa y transparente.- Que permita conocer las políticas y logros en diversidad, además de ayudar a una difusión de los principios de inclusión.
- Un programa de diversidad para proveedores.- Que garantice el compromiso de la empresa con la adquisición de suministros y productos a pequeñas empresas caracterizadas por su diversidad.
Si sabemos tomar en cuenta todas las ventajas que nos ofrece la diversidad, seremos capaces de descubrir que cada quien tiene un lugar clave, como el engranaje de un reloj. De manera que su función es elemental para echar a andar cualquier proyecto con la certeza de que éste estará condenado al éxito, gracias a que todos forman parte del mismo equipo desde su propia diferencia.
La diversidad está grabada en cada una de las culturas y civilizaciones del planeta, desde pirámides en Egipto y países latinoamericanos, hasta palacios, murallas y puentes monumentales en China, Italia, Rusia, Estados Unidos y México. Y su inclusión ha derivado en lo que hoy hemos logrado con la globalización, de manera que hoy es posible comprar en nuestro país autos alemanes hechos en china o comer “enchiladas suizas” en un restaurante de prestigio en Manhatan.
No es posible pensar en el mundo actual sin inclusión y diversidad. Y tan es así que hoy muchas de las tecnologías que aprovechamos en impresoras, computadoras, o sistemas de comunicación son posibles gracias al intercambio de talento, ingenio y creatividad de gente que decidió compartir sus diferencias para hacer de una empresa toda una fuente de innovación y desarrollo.