Curiosidades de la ‘Inteligencia Artificial’ que quizá no conocías
Esta tecnología hace posible que los sistemas tecnológicos perciban su entorno, se relacionen con él, resuelvan problemas y actúen con un fin concreto.
Aprender idiomas, descubrir nuevas series en cualquier plataforma de streaming según tus gustos o disfrutar de la ayuda que te presta el asistente de voz. Incluso lo que ves en tus redes sociales, todo depende de la inteligencia artificial.
La inteligencia artificial (IA) puede describirse como la habilidad que tienen determinadas máquinas de presentar similares (o superiores) capacidades que los seres humanos, como el razonamiento, el aprendizaje, la creatividad y la capacidad de planear.
Esta tecnología hace posible que los sistemas tecnológicos perciban su entorno, se relacionen con él, resuelvan problemas y actúen con un fin concreto. La máquina recibe datos (ya preparados o recopilados a través de sus propios sensores, por ejemplo, cámara o micrófono, etc.), los procesa y responde a ellos.
En definitiva, la principal característica de los sistemas de IA es ser capaces de adaptar su comportamiento, analizar los efectos de acciones previas y trabajar de manera autónoma.
Aunque algunas tecnologías que han hecho posible el desarrollo de la IA existen desde hace más de 50 años, los avances en informática, las grandes cantidades de datos y redes que los soportan, así como el desarrollo de algoritmos han sido clave para que se haya convertido en estratégica, sobre todo en la transformación digital de la sociedad.
Regulación
Sin darnos cuenta, estamos rodeados de dispositivos y servicios que utilizan esta innovación que nos facilita tanto la vida. Sin embargo, también plantea un debate sobre su regulación del que tanto el Parlamento Europeo, como en los diferentes países que integran la UE, ya participan.
Es necesario contar con un marco regulador y normas de competencia para construir una Europa digital fuerte, ante una nueva situación en el que las redes de telecomunicaciones hacen posible el mundo de la inteligencia artificial, más allá de transportar datos.
Y es que cerca de un 40% del tráfico de Internet lo generan las máquinas cuando se comunican entre sí. Debido a la gran cantidad de datos que pueden ser transformados en información por la inteligencia artificial, es necesario un nuevo entorno normativo que preserve los intereses de las empresas como de la población, y que esté en consonancia con la actual transformación digital.
Un poco de historia
Los primeros referentes de la IA se remontan a los años 30 con Alan Turing, considerado padre de esta disciplina. Aunque el punto de partida se ha establecido en 1950, cuando publica “Computing machinery and intelligence” en la revista Mind donde describe los fundamentos teóricos del llamado ‘Test de Turing’ que, setenta años después, siguen estando vigentes.
Mientras, y de manera más precisa, algunos investigadores e historiadores consideran que el punto de partida de la moderna inteligencia artificial fue el año 1956, cuando John McCarty, Marvin Misky y Claude Shannon acuñaron formalmente el término durante la conferencia de Darmouth, como: “la ciencia e ingenio de hacer máquinas inteligentes, especialmente programas de cálculo inteligente”.
Yoshua Bengio, prestigioso investigador en este campo, en su artículo de “Aprendizaje Profundo” publicado en Scientific American, da como fecha de partida de la explosión de la IA el año 2012, donde se presentaron dispositivos comerciales que entendían el habla humana.
Cosas que no sabías de la IA
1997: El supercomputador Deep Blue de IBM ganó al campeón mundial de ajedrez Gari Kasparov, y es uno de los momentos clave en la salida de la IA de los laboratorios y centros de investigación para entrar en lo cotidiano.
2011: Otro supercomputador de IBM, Watson, gana un concurso televisivo de Estados Unidos frente a los dos grandes finalistas humanos del programa. Watson acumula información a medida que el programa evoluciona ya que puede interactuar con el lenguaje humano. El producto está desde entonces accesible desde la nube y diferentes entidades trabajan con él.
En este mismo año Apple presenta su asistente virtual Siri integrado en el teléfono móvil iPhone 4S.
2012: Fue un año clave de la segunda generación de inteligencia artificial, con el lanzamiento de asistentes virtuales de las compañías Google y Microsoft.
2016: El software Alpha Go, de Google se enfrentó al surcoreano Se-Dol, campeón mundial de Go, un juego de estrategia complejo, en una partida a cinco juegos. Alpha Go ganó la mayoría de juegos.
2017: Telefónica presentó una plataforma de capacidades cognitivas para relacionarse con sus clientes a través de Aura. Inició así una nueva etapa, convirtiéndose en la primera compañía del sector que brinda a sus clientes la posibilidad de gestionar, de una forma natural, su relación con la compañía gracias a la inteligencia artificial.
En ese mismo año la Universidad Carnegie Mellon desarrolla el algoritmo Libratus que venció claramente a cuatro de los mejores jugadores profesionales de póquer en un Casino de Estados Unidos.
2018: La IA llega a nuevos sectores importantes, como la automoción, para producir avances en la conducción autónoma, por fabricantes como Tesla o Audi entre otros.
2019: Se desarrollan nuevos desarrollos para la industria del turismo, la movilidad y la banca que utilizan algoritmos de reconocimiento de imagen y modelos predictivos sobre el comportamiento de las personas.
2020: La pandemia favorece el desarrollo de esta disciplina en el ámbito de la salud, utilizando sensores térmicos automatizados o aplicando herramientas de big data para la detección temprana de pacientes cero y el control de los focos de contagio.
2021: Los expertos auguran que la IA generará más de 300 mil millones de dólares anuales de negocio en todo a lo largo del año 2024.
Fuente: Telefónica