Código abierto en las empresas, ¿sí o no?
El software corporativo basado en criterios “open source” se está abriendo paso frente a las soluciones propietarias por su flexibilidad y su asequibilidad. En este reportaje mostramos las alternativas más populares.
Las estadísticas no mienten. Las tecnologías “open source”, aquellas cuya licencia otorga a cualquier persona el derecho de usar, modificar y redistribuir su código libremente, están ganando terreno en oficinas de todo el mundo de igual modo que se van popularizando tendencias como la virtualización, el cloud computing, la movilidad o el Big Data. Eso sí, cada una de ellas avanza a su ritmo. Un estudio reciente de Gartner sobre adopción de software de código abierto revela que la mitad de las organizaciones mundiales ha integrado ya alguna solución de este tipo dentro de su estrategia de TI y que otro cuarto está evaluando las ventajas potenciales de utilizar software “open source” en proyectos futuros.
¿Cuáles son esos posibles beneficios? La flexibilidad, la innovación, la rapidez de desarrollo y la optimización del proceso de adquisición, mayormente. “Ganar una ventaja competitiva se ha convertido en un motivo importante para la adopción de las soluciones de software libre, lo que sugiere que los usuarios están empezando a mirar de manera diferente el OSS (siglas de open source software)”, dice Laurie Wurster, directora de investigación de la consultora. Y es que, “si pueden personalizar el código para convertir este software en algo único para su empresa, habrán creado una ventaja competitiva” muy a tener en cuenta a la hora de planificar estrategias.
En el mismo sentido se pronuncia Andreu Bartolí, vicepresidente de operaciones de canal de Openbravo, una aplicación de gestión empresarial nacida en Navarra, destinada al segmento de las pequeñas y medianas y que a día de hoy es utilizada por 6.000 organizaciones de todo el mundo. “El open source puede adaptarse de forma mucho más rápida y precisa que los programas propietarios a las necesidades de una compañía”, señala el directivo. “Y luego está el apoyo que recibe por parte de la comunidad de usuarios”, que en el caso de Openbravo supera los 17.000 miembros. “Este ecosistema de contribuidores se muestra muy activo mirando las novedades que aparecen en el mercado, analizándolas, señalando posibles debilidades y aportando soluciones. Al estar abierto, hay muchos más ojos observando y esto se traduce en una mejora de la calidad y en el desarrollo y crecimiento de los productos”, destaca el directivo.
El papel de la comunidad (en diferentes proyectos)
Y es que la idea que subyace tras el concepto del código abierto no es otra que la colaboración: permitir que otros desarrolladores más allá de los autores legítimos puedan interpretar el código fuente de un programa, introducir cambios para adecuarlo a sus necesidades concretas y ponerlo de nuevo en circulación para que otros usuarios puedan beneficiarse de dicho avance. Esta forma de trabajar tiene un valor incalculable porque sirve para corregir errores a mayor velocidad y devolver, en teoría, mejores productos que los derivados del desarrollo de software convencional. Tanto a nivel de innovación y productividad final como de seguridad.
Un claro ejemplo de la necesidad de innovación continua y del rol que juegan estas agrupaciones de ingenio en el desarrollo de alternativas reales es Drupal, un sistema “open source” para gestión de contenido web que cuenta con el apoyo de unos 16.000 colaboradores activos y cientos de miles de usuarios a nivel internacional. Éstos, además de involucrarse en la mejora del producto y la realización de pruebas, construyen y comparten miles de módulos descargables adicionales, lo que posibilita que una plataforma pensada en un principio para administrar comunidades en Internet, dar vida a foros o controlar votaciones pueda romper barreras en materia de funcionalidad. De igual forma funciona el CMS Joomla.
Lo mismo sucede con WordPress en el área de la publicación de blogs, con Piwik para acometer análisis web, con Magento en el tan en boga e-commerce, con JasperReports en la creación de informes, con Pentaho BI Suite para generar inteligencia empresarial, con la edición libre de SugarCRM en cuanto a la administración de la relación con los clientes y con Compiere asimismo a nivel CRM, pero también en temas de planificación de recursos empresariales. O incluso con la extinta Dimdim, ahora en manos de Salesforce, que servía para realizar conferencias web y reuniones en tiempo real al más puro estilo WebEx. Tampoco debemos olvidar el popular Alfresco, un gestor de contenidos empresariales que pone a disposición de usuarios y empresas distintas modalidades de su plataforma.
El caso de Openbravo (como ERP “open source”)
Por su parte, Openbravo ofrece dos ediciones distintas de su ERP: la edición Comunidad, de libre distribución y con más de dos millones de descargas en su haber frente a las 250.000 de hace un lustro, que ofrece servicios básicos en finanzas, ventas, aprovisionamiento, almacenes y datos maestros, para que las empresas prueben sus aplicaciones de primera mano; y la edición Profesional, de pago, más completa y con módulos extra para incorporar nuevas funcionalidades a medida que avanzan o cambian las necesidades del negocio, que en el último año ha visto crecer de manera brutal sus suscripciones nacionales. Aunque salvando las diferencias, también tienen puntos en común.
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