Santiago de Chile y Medellín, bien consideradas como ciudades inteligentes
Ambas ciudades han sacado muy buena nota en un estudio global de Indra sobre ciudades inteligentes a nivel global.
Indra acaba de presentar los resultados de un estudio que muestran que Santiago de Chile y Medellín, son las dos urbes de Latinoamérica mejor valoradas en cuanto a ‘ciudades inteligentes’, y ambas han obtenido puntuaciones por encima de la media a nivel global.
El estudio muestra, que en general, Los servicios que ofrecen las ciudades en los ámbitos de sostenibilidad y administración digital son los dos aspectos que obtienen la valoración más baja de los ciudadanos, según la “Encuesta global sobre el estado de la Smart Cities”, realizada por Indra. Además de los ámbitos mencionados, se incluyen otros como el tiempo empleado en llegar al trabajo, percepción de la seguridad, valoración de la respuesta ante emergencias, calidad del servicio sanitario y limpieza.
La investigación recoge las respuestas de más de 2.000 personas de 234 ciudades y 32 países.
En el extremo opuesto, la percepción de seguridad se confirma como el servicio mejor valorado por los encuestados con una nota del 6,1) en una escala del 1 al 10. Le siguen la respuesta ante emergencias, calidad del servicio sanitario y limpieza. Otro dato muy destacado de este estudio es que el tiempo medio empleado para llegar al trabajo en las ciudades del mundo estudiadas, se sitúa en 46 minutos.
A grandes rasgos, Europa y Asia, son los continentes donde existe mejor percepción de calidad de servicios frente a África y América.
Recuerdas los voceros de Indra que en 2012 las Naciones Unidas hicieron una encesta sobre e-Government y Chile encabezaba el ranking latinoamericano y se situaba en el puesto 39 a nivel mundial.
Medellín tiene todos sus servicios puntuados igual o por encima de la media mundial, siendo el nivel de sostenibilidad el mejor valorado por sus habitantes (7,8) y la percepción de seguridad el peor (6,1). Asimismo, su tecnología inteligente para la gestión del tráfico y transporte público la convierte en la única ciudad de Latinoamérica con un tiempo para llegar al trabajo inferior a la media mundial.
