Modificar, escalar e integrar: la tríada que preocupa a los CTOs de todo el mundo
Los sistemas empresariales requieren una actualización permanente que sólo los servicios en la nube son capaces de alcanzar.
Para 2028, la computación en la nube pasará de ser un disruptor tecnológico a convertirse en un componente esencial para mantener la competitividad empresarial, según Gartner¹, quien también proyecta para este año una inversión de 679 miles de millones de dólares hasta alcanzar el billón en 2027. De hecho el 97% de los líderes IT en todo el mundo están contemplando expandir sus servicios en la nube².
Este camino desde el nice-to-have hacia el must-have encuentra algunas barreras que los directores de tecnología o CTOs de organizaciones de todo tipo y tamaño alrededor del mundo deberán sortear: en industrias como la financiera, la innovación muchas veces se ve frenada por el alto componente regulatorio o bien grandes empresas que tradicionalmente tienen una operatoria on premise y que ahora ven la adopción de cloud computing como una tarea titánica.
“Es una situación compleja pero es adónde va el mercado. Los servicios en la nube son esenciales para las necesidades que hoy tienen los sistemas de las organizaciones, que podemos resumir en tres: modificar, escalar e integrar. Si no se cuenta con un entorno cloud, llevarlas adelante es casi imposible o bien altamente costoso e ineficiente”, explica Juan Ozino Caligaris, cofundador y Country Manager de Nubity, empresa especializada en optimizar los servicios en la nube, que acaba de ser reconocida por Amazon Web Services por haber alcanzado las 50 certificaciones de esta empresa.
“El 98% de las empresas de servicios financieros utilizan cloud computing pero particularmente en Latinoamérica encontramos que hay más de 11 millones de compañías que enfrentan el desafío de mejorar sus procesos y resultados con recursos limitados”, continúa el ejecutivo.
Pero es precisamente la adopción de los servicios cloud que será generadora de riqueza en las compañías. Según McKinsey, su adopción producirá más de 3 billones de dólares para 2030.
Por otra parte, la inversión en estos servicios, se recupera muy rápidamente, de acuerdo con Ozino Caligaris, “ya que traen múltiples beneficios como los costos variables, el consumo bajo demanda y la infraestructura escalable, junto a la obtención de mejores resultados”.
La computación en la nube se encuentra en constante avance al ser una tecnología que ya se considera como primera opción en cualquier nuevo proyecto o desarrollo, salvo algunas excepciones en industrias o aplicaciones muy particulares. Su principal ventaja es que permite tener aplicaciones y procesos mucho más eficientes, escalables y confiables, con una infraestructura optimizada, logrando mejores resultados para la organización.
“La modernización de aplicaciones implica un cambio significativo, pero no necesariamente abrupto”, explica el Country Manager. “Pueden, por ejemplo, trasladarse partes selectas de la carga de trabajo a la nube y mantener algunos sistemas legacy hasta que estén listos para la transición; también se pueden actualizar aplicaciones existentes para hacerlas compatibles con la nube; así como adoptar arquitecturas nativas cloud para mejorar la flexibilidad y escalabilidad. Un primer paso que debe darse más temprano que tarde, ya que los servicios en la nube serán el paradigma dominante en pocos años”, concluye.