La revolución pendiente de las fintech: ¿por qué hay un déficit de líderes y usuarias femeninas?

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La subrepresentación femenina no sólo es un problema entre fundadoras de empresas; únicamente el 21% del total de usuarios de plataformas fintech son mujeres.

Las fintech nacieron con un objetivo claro: lograr la inclusión financiera. En el contexto nacional, donde gran parte de la población queda excluida del sistema financiero tradicional, estas empresas hacen uso de la tecnología para facilitar el  acceso y brindar herramientas que antes parecían inaccesibles a la gran mayoría de la población.

Si bien se dieron muchos pasos en esa dirección, aún quedan desafíos por resolver. Hoy, sólo el 21% del mapa general de usuarios fintech está constituido por mujeres[1]. Al mismo tiempo, la cantidad de CEOs y figuras de relevancia dentro de la industria también escasea, lo que lleva al frente una histórica brecha de género dentro de la industria tecnológica.

“Creemos que las fintech tienen la oportunidad de educar financieramente a estas mujeres, que a lo largo de todo el país necesitan acceder a servicios digitales para crecer y, no sólo ver resueltas sus necesidades económicas inmediatas, sino como una herramienta de desarrollo, para encarar sus propios proyectos”, opina Virginia Folgueiro.

Esta emprendedora, de largo recorrido en la industria tecnológica y de pagos con un importante paso en Google,  es cofundadora y CEO de Menta, una compañía financiera/tecnológica que tiene una plataforma para que las grandes empresas puedan tener su propia solución de pago para sus redes de comercios.

Por mujeres, para mujeres

Solucionar esta brecha es uno de los principales focos dentro de la industria. Hay organizaciones que han nacido para generar conciencia y activar soluciones en esta problemática. Por ejemplo, la comunidad danesa Female Invest busca empoderar mujeres a través del éxito financiero. Según destaca su fundadora, Anna-Sophie Hartvigsen el problema principal detrás de la brecha de género de esta industria es que la gran mayoría de los servicios no están construidos por mujeres. 

En relación a este tema, distintos estudios demuestran todo lo que queda recorrer para acortar la brecha de género dentro del ecosistema emprendedor, que es precisamente de donde surgen la mayoría de estas soluciones tecnológicas:

–       Las mujeres representan menos del 13% del liderazgo (The Digital Gender Gap), tanto como fundadoras como miembros de las juntas ejecutivas de las empresas Fintech, incluso menos que su representación en las empresas bancarias y tecnológicas tradicionales. Se trata además de un porcentaje que apenas ha variado en las últimas dos décadas[2].

–       Tan solo el 15 % de las empresas tecnológicas fue fundada por mujeres (Startup Genome).

–       Las mujeres emprendedoras también tienen dificultades adicionales para acceder al capital, siendo sólo el 1% que recibe inversión de los grandes fondos. Sin embargo, un estudio de Boston Consulting Group y MassChallenge de 2019 encontró que las startups fundadas o cofundadas por mujeres generaron más ingresos por dólar de capital invertido que aquellas fundadas por hombres. Específicamente las startups lideradas por mujeres generaron 78 centavos por cada dólar invertido, mientras que las startups lideradas por hombres generaron sólo 31 centavos[3].

–       América Latina es una de las regiones del mundo con menos participación de mujeres fundadoras, con el 12%, mientras que Oceanía lidera este ranking, con 21.6%[4]. 

Más allá de este contexto, Folgueiro es optimista de cara al futuro: “Veo que las mujeres, tanto las emprendedoras como las usuarias de soluciones digitales se están animando cada día más a ocupar roles que tradicionalmente ocuparon los hombres. Creo que están dadas todas las condiciones para que en los próximos años la brecha de género se reduzca sustancialmente”, concluye la CEO de Menta.

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