Mexicanos a la vanguardia tecnológica
Si primero fue un ingeniero mecatrónico de 25 años llamado David Alonso Quiroz, ahora se trata del cardiólogo de Monterrey, Christian Assad. Ambos mexicanos. El primero inventó los lentes interactivos conocidos como Smart Glasses. El segundo desarrolló una aplicación que ayudará a miles de personas sin entrenamiento médico a salvar vidas. La app se llama CPRGlass.
Las Smart Glasses sirven también para usar aplicaciones de domótica y robótica y funcionan con el sistema operativo Android. Son capaces de desplegar información de un Smartphone a través de una pequeña pantalla digital montada sobre el mismo lente.
David Alonso Quiroz Rochell es la mente prodigiosa (y tecnológica) detrás de esta invención que nada tiene que envidiarle al dispositivo que Google está por lanzar al mercado (Google Glass).
“Este proyecto nace de una necesidad. Yo manejo mucho y yo quería un dispositivo en que pudiera ver los mapas sin despegar la vista del volante; me surgió la idea de hacer este display para poder interactuar con mi realidad solo con la vista”, dijo el ingeniero en entrevista con un diario mexicano.
“Las gafas tendrán aplicaciones especiales para domótica, robótica y asistencia personal (…) además me interesa que sea abierto para que las personas puedan desarrollar sus propias apps en Java, HTML5, Cordova o lo que quieran”, añadió Quiroz.
Según el inventor, el precio promedio para SmartGlass deberá ser de entre 400 o 500 dólares.
Salvar vidas
Por su parte, Christian Assad, cardiólogo de profesión, acaba de inventar la aplicación “CPRGlass”, una guía para que los usuarios que se enfrenten a una emergencia puedan realizar maniobras de Resucitación Cardio Pulmonar (RCP).
Esta app estará disponible al público una vez que Google saque Google Glass.
El médico explicó que se le ocurrió presentar su proyecto como una realidad aumentada. “Así cualquier persona que lo use puede sentir como que alguien lo estuviera guiando. Al momento que uno se está moviendo con (Google) Glass el giroscopio dentro del aparato está midiendo el número de compresiones, y si son menores o mayores de 100 se ilumina el círculo de color rojo para alertar a las personas a bajar o subir la velocidad”, añadió el especialista.
Para desarrollar “CPRGlass”, Assad aunó esfuerzos con el equipo de la startup Team Evermed, que se encarga de la programación; la Universidad de Radboud en Holanda, que proporcionó la base de datos con la ubicación de desfibriladores en Estados Unidos; y el Sistema Tec Salud, que aportó alrededor de 7 mil dólares para financiar el proyecto.