Latinoamérica avanza en la adopción de las tarjetas de crédito con chip
Las empresas e instituciones financieras buscan la forma de migrar a las tarjetas de chip, frente a las de bandas magnética, para garantizar mayor seguridad al usuario.
Gemalto se reunió con la Asociación de Marketing Bancario Argentino (AMBA) donde se analizó la situación actual y perspectivas del mercado financiero respecto a innovación en seguridad bancaria a través de la migración hacia tarjetas de débito y crédito EMV (con chip) en lugar de las tradicionales tarjetas con banda magnética.
La especificación EMV es el acrónimo refiere a los fundadores originales de la organización EMVCom que cuida los estándares de esta tecnología (la integran Europay International, MasterCard International y Visa International), y define los requerimientos para las tarjetas bancarias con microcircuitos integrados y para la infraestructura de terminales de punto de venta (POS) que las acompañan.
Los propósitos primarios de incluir un chip en una tarjeta bancaria son almacenar de manera segura la información de los clientes, proteger los datos almacenados en el chip contra modificación no autorizada y reducir el número de transacciones fraudulentas que son resultado de falsificación, pérdida y robo de las tarjetas.
De acuerdo con las palabras de Emilio Vázquez, manager de marketing para Gemalto para el Pacto Andino, que condujo este encuentro, “EMV es una tecnología que lleva más de 10 años en el mercado como respuesta a una necesidad de mayor seguridad en transacciones financieras”. Además, dice que existen numerosos detonantes para la migración a EMV, cada mercado debe elegir si optará por un camino reactivo o proactivo, así como el nivel de seguridad en servicios financieros que desea ofrecerle a los consumidores.
Sobre la situación local Ignacio Tresca, encargado del mercado de desarrollo e innovación de Gemalto para Latinoamérica Sur, dice que “el fraude es cómo el agua, puedo ponerle barreras pero si no cubro todos los ángulos se termina filtrando en los puntos más vulnerables”, y agrega, “mientras otras regiones en el mundo migran hacia tecnologías más confiables, el fraude va a trasladarse a países con una baja implementación de tarjetas EMV y menores barreras de seguridad como Argentina”.