Las apps de pago no terminan de triunfar
Frente a la creencia de que los usuarios móviles odian los anuncios, un estudio de Flurry Analytics augura un gran futuro a la inserción de publicidad a cambio de descargas gratuitas.
Los usuarios móviles son mucho más receptivos a la hora de consumir anuncios a cambio de una experiencia gratuita que a pagar dinero por la descarga de una aplicación.
Ésa es la principal conclusión a la que llega un estudio de Flurry Analytics, que aprovecha para subrayar que la creencia de que la mayoría de la gente “odia ver anuncios en smartphones y tabletas” es errónea.
“Cuando se enfrentan a la elección entre aplicaciones gratuitas con publicidad o a pagar 0,99 dólares por una aplicación sin anuncios, los consumidores eligen mayoritariamente las aplicaciones gratuitas y toleran esos anuncios”, indica la consultora, para la que este comportamiento se asemeja mucho al que se entabla con otros medios como la televisión o la radio.
“Los desarrolladores de algunas aplicaciones especializadas pueden ser capaces de obtener beneficios económicos a través de descargas de pago, y los juegos a veces generan ingresos importantes a través de compras in-app“, continúa, “pero dado que los consumidores no están dispuestos a pagar por buena parte de las aplicaciones, y la mayoría de los desarrolladores de aplicaciones necesitan hacer dinero de alguna manera, parece claro que los anuncios son una valor seguro en el futuro previsible”.
Es más, para Flurry el debate debe trasladarse a cómo volver atractiva la publicidad insertada para sacar el máximo provecho de esta vía alternativa de negocio.
Los datos de Flurry así lo indican. Si a principios de esta década alrededor del 80% de las aplicaciones presentes en el ecosistema iOS eran gratuitas, a estas alturas de la película el porcentaje se sitúa ya en el 90%. Por su parte, los dueños de dispositivos Android son mucho menos transigentes cuando se trata de comprar aplicaciones y abonan una media de 0,06 céntimos frente a los 0,19 céntimos de los de iPhone y los 0,50 céntimos de los de iPad.
Y es que quien tiene un tablet de Apple está dispuesto a pagar 8 veces más que los usuarios de terminales Android y 2,5 más que los de iPhone.