Avast prevé un aumento del riesgo de ataques de ransomware en 2023 que amenazan con filtrar datos valiosos de personas y empresas si no se pagan las peticiones de rescate. Además, los investigadores de Avast prevén una optimización de la ingeniería social utilizada en ataques de estafa, aprovechando las dificultades económicas y el miedo a la crisis energética. Los expertos también esperan un aumento de la actividad maliciosa en general, a medida que el malware de código abierto sea más accesible y los ciberdelincuentes recluten a hacktivistas para que se unan a sus causas.
Es muy probable que la amenaza del ransomware empeore a medida que las filtraciones de datos se conviertan en una práctica habitual
“Los ataques de ransomware ya son una pesadilla para particulares y empresas. Este año, hemos visto a ciberdelincuentes amenazando con hacer públicos los datos de sus objetivos si no se paga un rescate y esperamos que esta tendencia no haga más que crecer en 2023”, afirma Michal Salat, Director de Inteligencia de Amenazas de Avast. “Esto pone en peligro los recuerdos personales de los individuos y supone un doble riesgo para las empresas. Tanto la pérdida de archivos sensibles, más una violación de datos, pueden tener graves consecuencias para su negocio y reputación.”
Para las empresas, el éxito de los ataques de ransomware puede elevarse rápidamente a millones de dólares en costos de recuperación causados por la interrupción de las operaciones, el reemplazo de los dispositivos y los programas de respuesta a incidentes, así como gastos derivados de la imposibilidad de los hospitales de realizar operaciones quirúrgicas o de las fábricas de detener su producción. Las nuevas sanciones mundiales introducidas este año podrían poner a las empresas afectadas por el ransomware en una situación delicada, ya que se enfrentan a posibles acciones judiciales si pagan las peticiones de rescate a grupos que figuran en las listas de penalizaciones, por ejemplo, grupos de ransomware con sede en Rusia.
La estafa continuará en 2023
“Llevamos tiempo viviendo en una estafademia y no hay signos de que vaya a frenarse”, sostiene Salat. “Los grupos cibernéticos hacen todo lo posible por aprovechar los peores temores de la gente para engañarla y que envíe dinero o comparta datos personales porque es más fácil volver a las personas vulnerables, que piratear sus dispositivos. El año que viene esperamos ver ataques que jueguen con las preocupaciones económicas y medioambientales de la gente. Las estafas no sólo están inundando las bandejas de entrada de la gente en forma de correos electrónicos de phishing, sino que están bombardeando sus aplicaciones de mensajería de texto y están haciendo sonar sus teléfonos.”
Con técnicas en constante perfeccionamiento, la persona se convierte en el eslabón más débil. Una tendencia prevista para 2023 es la suplantación de cuentas en las redes sociales, que conduce a ataques de usurpación de identidad de amigos en línea.
El negocio de la ciberdelincuencia será aún más sofisticado
Los investigadores de Avast predicen además que el ya profesionalizado negocio del cibercrimen se volverá más sofisticado. Los grupos de ciberdelincuentes Zloader, Racoon Stealer y Ursnif se unieron este año para aprovechar las especializaciones y enfoques de cada grupo para apoyarse mutuamente y maximizar los beneficios. Los investigadores de Avast prevén que este tipo de colaboración entre grupos continúe. Además, Lockbit 3.0, un grupo de ransomware, fue la primera banda de este tipo en ofrecer un programa de recompensas por fallos durante el verano y es probable que otras sigan su ejemplo. Este método permite a terceros informar a las empresas de software sobre nuevas vulnerabilidades de sus productos a cambio de una recompensa. En los casos típicos, esto ayuda a las empresas a asegurar su software, protegiéndose a sí mismas y a sus clientes de los ciberdelincuentes que explotan las vulnerabilidades. Sin embargo, en esta situación, un grupo malicioso está incitando a la gente a que les ayude a reforzar sus programas de secuestro informático.
“La ciberdelincuencia es un negocio en auge desde hace años pero hemos empezado a ver cómo el malware de código abierto está más fácilmente disponible y se distribuye en plataformas como Discord. La gente, incluidos los jóvenes con menos conocimientos técnicos, puede ahora hacerse con programas maliciosos y pueden estar más inclinados a unirse al lado oscuro dadas las actuales dificultades económicas”, dice Michal Salat. “También hemos visto a grupos criminales reclutando y pagando dinero a personas para que lleven a cabo ataques DDoS, o instalen ransomware en los dispositivos de sus empleadores, por ejemplo. No sólo veremos más actividades maliciosas gracias al software como servicio, la distribución de software para llevar a cabo ataques DDoS y el malware de código abierto de fácil acceso, sino que esto podría ser un trampolín hacia una carrera como ciberdelincuente.”
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