Vivimos tiempos distintos, para no decir llenos de incertidumbre y que exigen grandes reflexiones. En los últimos meses, muchos oímos o dijimos frases como: “estamos muy comprometidos en hacer nuestra parte y detener la diseminación del virus”. Lo que pasa es que, siguiendo las orientaciones de la Organización Mundial de la Salud y de otras autoridades, tomamos acciones para proteger la salud y el bienestar de los empleados y de la sociedad. Así, como medida de seguridad, compañías de todo el mundo adoptaron el home office.
Sin embargo, así como todas las veces en que hay grandes cambios involucrados, tenemos que enfrentar al desconocido. Y aunque los esfuerzos para adoptar el trabajo remoto estén ayudando a contener la diseminación del virus, también están surgiendo nuevos desafíos para la economía mundial y para el cotidiano de personas, empresas y gobiernos. Uno de esos desafíos es garantizar la seguridad de datos mientras trabajamos desde casa.
En términos más específicos, sabemos que el comercio de datos robados, en principio, puede causar daños silenciosos para las compañías. Es decir, los riesgos ni siempre se muestran rápidamente, pero cuando lo hacen pueden ser contundentes. Y muchas empresas pueden sufrir daños ahora mismo, por el simples hecho de utilizar redes virtuales privadas (VPNs) sin efectividad.
Las VPNs ya fueron una buena solución de seguridad, pero eso era cuando menos del 20% de los empleados trabajaban desde sus casas. Ellas eran la respuesta correcta cuando las compañías tenían todas sus informaciones seguras en sus propios data centers, y no en sistemas en nubes y contenedores. Hoy, las VPNs no son la mejor solución para empresas que operan con una nube y que necesitan que sus empleados trabajen desde sus casas.
Aquí están algunos desafíos que equipos de seguridad están enfrentando en tiempos de trabajo remoto masivo:
Es necesario disminuir los riesgos a la salud de las personas y de los datos. Por eso, invertir en un conjunto de políticas de seguridad dentro del concepto Zero Turst puede ser una solución, porque ella cubre implementaciones de seguridad en data centers locales, en la nube y en los contenedores. Y los principios del Zero Trust son muy sencillos: no confíe en ningún usuario o dispositivo dentro o fuera de la red privada de su compañía y ofrezca el mínimo acceso posible en la identificación confiable.
Más allá de las VPNs, hoy existen tecnologías avanzadas con las cuales es posible agregar cuantos usuarios remotos sean necesarios, preservar la identidad, los datos, la criptografía y hasta incluir aplicativos que pueden aumentar la productividad del home office – sin sacrificar la seguridad y sin comprometer el presupuesto. Nuestra nueva realidad digital exige que las empresas repiensen su seguridad, su productividad y su escalabilidad. Por lo tanto, es imposible dejar de reflexionar sobre la forma como vivimos y hacemos negocios.
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