Identidad Biométrica, así debes protegerla

Hemos pasado del password al selfie en temas de Identidad Biométrica, y seguimos evolucionando hacia nuevas maneras de proteger nuestra identidad digital. En dos años de pandemia, se nos ha mostrado que el futuro es la acelerada digitalización que se vive en todos los sectores e industrias.

Nadie, ni los consumidores mexicanos, han escapado de este proceso, donde la identidad digital sigue expandiéndose a nuevas áreas y servicios a través de internet. Vamos a darles un ejemplo. Según datos de Mastercard, en 2020 las ventas digitales aumentaron 81%, una clara oportunidad de expansión para los negocios, y 56% de mexicanos realizaron alguna compra en línea, de los cuales para 16% fue la primera vez. Esto indica que la población mexicana está perdiendo el miedo a operar en línea y adoptando nuevos canales para operar en su día a día.

A pesar de los beneficios que trae consigo tecnologías como el comercio electrónico, no todo es color rosa. Es cierto que los canales online nos simplifican el día a día y nos ahorran tiempo. Pero un mayor número de transacciones digitales también se traduce en una mayor exposición y riesgo de fraude. Según la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros, en el primer trimestre de 2021 se registraron 628 mil 132 contracargos en operaciones con tarjetas de débito del país, lo que representaron 323 millones de pesos que tuvieron que asumir los comercios en línea.

Ante este escenario, tecnologías como la verificación de la identidad digital con biometría se han convertido en las grandes aliadas de las empresas para combatir el fraude online y proteger al usuario.

Para Rocío Robles, especialista en regulación y legislación mexicana y socia de Tenet Consultores, la identidad digital va de la mano con la identidad biométrica, aunque son diferentes, pues la segunda es el método de autenticación de la persona que tiene una “vida en internet”.

“Cada que abrimos un perfil en una red social como Facebook, cada que usamos banca electrónica como un pago con tarjeta de crédito en el ecommerce, eso es la identidad digital. Aquí la cuestión es ¿cuántas identidades digitales tenemos en la red? Cuando ya queremos hacer actos jurídicos, como crear contratos, crear una cuenta bancaria o pagar en el ecommerce, hay que identificarnos bien y se requieren las herramientas necesarias para ello, ahí entra la identidad biométrica para que sepamos quién es”, explica Robles.

Ahí, agrega, es donde entra la parte sensible del trabajo de proteger la identidad y datos de cada persona en internet, pero también saber quién es y estar seguro que lo es a través de la biometría, “que es una propiedad física de nosotros (huella, iris, voz, entre otros), incluso comportamientos (como se toca el teclado, velocidad de uso en la pantalla, hábitos de compra, etc). La biometría es un acto de autenticación, y ahí es donde la legislación debe trabajarse para atender esa protección, que en México está detenida”.

Verónica Licona, directora de Ventas para AL de Mitek, cuenta que la evolución de la identidad biométrica se aceleró con la pandemia.

“La gente hoy tiene menos miedo a usar su identidad y biometría digital en comprar a través de internet, ya sea un producto o un servicio. Desde Mitek hemos visto pasar del password a los biométricos, que es de lo que nos encargamos en la empresa. Que todos esos datos se obtengan bien con nuestra tecnología. Pero la evolución y los desarrollos son para los buenos y los malos, y a que me refiero, a que también los ciberdelincuentes aprovechan los cambios y mejoras para robar la identidad digital de las personas.”

“Usamos novedades como la Inteligencia Artificial (IA) para evitar, antes que pasen, robos de identidad digital e ir un paso adelante. La autenticación por comportamiento viene avanzando rápido, y aunque estamos hoy con la voz, huella, selfies, entre otros, vendrán cambios para evitar riesgos hasta con doble autenticación. Lo que hacemos es equilibrar la mitigación del riesgo con una buena experiencia al cliente, para que no abandone el proceso”.

De hecho, la seguridad se está convirtiendo en un factor clave para la penetración del e-commerce y de la banca online. La población mexicana quiere operar en internet, pero quiere hacerlo de forma segura. El 77% está preocupado por el fraude con tarjetas de crédito, lo que tiene sentido si tenemos en cuenta que, según los datos, el 40% de transacciones online que se realizan son un fraude potencial.

Refuerzos

Todo lo anterior comentado obliga a reforzar la ciberseguridad por parte de empresas, usuarios e incluso a nivel gubernamental. ¿Cuáles son las vías para conseguirlo? Una de las opciones que más fuerza tiene, como ya hemos indicado, es el uso de la biometría para verificar la identidad del usuario.

“Si bien en países como México el Instituto Nacional para el Acceso a la Información y Protección de Datos (INAI) hace un buen trabajo para proteger los datos personales, pues no tienen la capacidad para estar revisando todo lo que se genera en México. Por ello debe haber esfuerzos más profundos para imponer medidas de seguridad más importantes y un monitoreo más constante para evitar violaciones de identidades digitales”, platicó Robles.

Licona comentó que, sumando a lo que explicó Robles, la regulación está muy metida de momento en la parte financiera, pero que hay empresas que quieren un alto nivel de protección y privacidad aunque no se los pida un regulador, pues les interesa diferenciarse y ganar la confianza del cliente sobre cómo van a usar nuestros datos.

“Veo una buena inversión de las empresas en protección de datos con biométricos. ¿Qué tienen que hacer las empresas? Hacer un buen uso de la tecnología existente para ello. Hay que dejar en claro que la seguridad es una responsabilidad conjunta entre empresas, usuarios y reguladores”, comentó la directora de Ventas para AL de Mitek.