Los drones aún son una tecnología que comienza a emerger en América Latina, pero donde muchas empresas, tanto internacionales como locales han comenzado a trabajar. Para analizar las oportunidades que las compañías y emprendedores tienen dentro del sector de los drones, hemos hablado con los voceros de dos empresas especializadas en la industria: Adriana E. Torres Nava, Country Head de TCS México y Cristhian Engemann Forcelledo, director general de Agrodrone.
La primera está convencida de que el mercado latino ya está preparado para integrar la tecnología de los drones en su actividad: “La semana pasada nos reunimos con varios clientes que han mostrado interés y dedicado investigadores para estudiar la utilidad de los drones en sus industrias. Basta con ver los encabezados del 2015 para saber que el mercado latino está listo para aceptar los drones: “Cómo México se está convirtiendo en la capital de drones de Latinoamérica”, y “Los drones recorrerán la selva amazónica de Brasil”, ha explicado la directiva.
“Los avances tecnológicos siguen sorprendiendo día a día y el ingenio humano para aprovechar las nuevas herramientas muchas veces hacen que las mismas cumplan nuevas funciones que al momento de su creación no fueron estipuladas. Quizás el principal ejemplo de esto son los drones”, considera, por su parte, Cristhian Engemann Forcelledo.
Adriana E. Torres Nava, Country Head de TCS México ha explicado que “los drones son en realidad una tecnología única basada en hardware que aporta beneficios en múltiples dominios. Por ahora, se enfoca en inventario de almacén (múltiples dominios), detección de daños (múltiples dominios) y seguridad (múltiples dominios). Pero últimamente pareciera que el área de seguros ha tomado la delantera en el uso de drones para observar el daño causado por las tormentas en Estados Unidos”. Antes de eso, recuerda la directiva que el único sector que parecía haber adoptado drones en forma más amplia era el de búsqueda y rescate.
Volviendo al tema del campo, que es una de las bases de diversas economías latinas, los drones tienen aún mucho espacio de trabajo, reconoce el líder de Agrodrone que “vemos una gran área de oportunidad, pero aún falta mucho camino por recorrer” y recuerda que, igual que otras tecnologías han ido evolucionando y mejorando con el paso de los años, el dron tiene aún muy espacio en el que trabajar: “las maneras tradicionales para cuidar al campo, por ejemplo fumigar de manera manual, con avionetas, o tractores, son las más adoptadas; los productores desconocen los beneficios que les puede dar un drone; así que la falta de disposición la vemos en este caso por desinformación”. La empresa cree que el sector aún debe trabajar para dar a conocer estos beneficios.
Como ejemplo, Agrodrone dice que se puede trabajar en fumigación con los drones y en ‘mapear’ las áreas para mostrarle a los productores el estado de sus plantíos y sus campos en general. En un corto plazo ofreceremos servicios aéreos de siembra con semilla recubierta para reforestación, rehabilitación de pastizales, siembra de praderas, fumigaciones para el control de plagas y enfermedades de cultivos así como fertilizaciones foliares para la nutrición de granos, hortalizas, flores, frutales y cultivos industriales.
Cristhian Engemann Forcelledo, acalara que “para volar un drone es necesario contar con permisos, y contar con la tecnología adecuada” y es que, recuerda, “no es tener un drone y ponerlo a volar, sino adaptarlo y saberlo manejar de la mejor forma. Estos aparatos son caros y diría sofisticados, un pequeño golpe los hace caer y ya no funcionar más”.
Desde TCS, añade Adriana E. Torres Nava considera que “en estos momentos se requiere más y mejor regulación en todos los países. En algunos hay muy poca regulación, mientras que en otros como Estados Unidos hay mucha. Estados Unidos creó la regulación principal que otros siguieron y modificaron. El problema es que ahí se detuvo. Aunque la tecnología ha cambiado, las regulaciones no se han actualizado. Si no se toman medidas al respecto, la industria pronto se quedará estancada” recuerdan desde Agrodrone que considera que el problema es que este desarrollo de normativas adecuadas a las noedades del mercado se detuvo. “Aunque la tecnología ha cambiado, las regulaciones no se han actualizado” y esto puede estancar a la industria.
En el año 2013, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), se mostró preocupada por denuncias de que catorce países de las Américas ya poseen aviones no tripulados o “drones”, sin que exista un marco legal claro para regular su creciente uso, lo que presenta riesgos para la privacidad y puede amedrentar a la población.
Los drones pueden tener usos muy positivos como hemos estado viendo, pero también se han descubierto usos fraudulentos, como por ejemplo, transporte para drogas, como ya ha sucedido. Por el mal uso que se le puede dar a estos aviones no tripulados, hay también un asunto que podría ser grave: la violación de la privacidad.
“Si son mal utilizados claro que se puede ver comprometida la privacidad, como cualquier tecnología puede ser usada en nuestra contra, por eso tener regulaciones y un código de ética en el manejo de drones será crucial para un mundo en el que esta tecnología cada vez se verá más en múltiples aspectos de nuestra vida”, opina Cristhian Engemann Forcelledo.
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