Que el robo de celulares es un problema de seguridad en América Latina, y sobre todo, en Venezuela, no es un secreto, pero, en vez de ir mejorando, parece ser que este problema continúa en aumento.
Además, destaca en la práctica de los asaltantes que, retiran la batería del aparato inmediatamente tras el robo, para no ser identificados, y lo negocian en los talleres de reciclaje que compran teléfonos robados, donde los reprograman y los ponen nuevamente en venta.
Mauricio Aranguren cree que para atajar este problema de seguridad en el país, las autoridades policiales deberían investigar estos “talleres” donde se reciclan teléfonos robados, además de incrementar los efectivos policiales en las paradas de buses para evitar los robos u otros altercados peores relacionados con el robo.
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