41% de las empresas cree que los departamentos de cumplimiento y órganos reguladores serán una función automatizada en 25 años: Thompson Reuters

La compañía de noticias e información sobre mercados financieros, Thompson Reuters adelantó hallazgos de un estudio que condujo en colaboración de la Asociación Internacional de Contadores Profesionales Certificados, según los cuales 41% de los respondentes considera que en los próximos 25 años los departamentos de gobierno y órganos reguladores se convertirán en una función automatizada más que departamentos en sí mismos.

El estudio realizado entre más de 450 compañías en Europa, América y Asia, aborda las principales fuerzas disruptivas que tendrán impacto en los negocios en el próximo cuarto de siglo. De tal forma, la automatización resultó la más nombrada con 51%, seguida por las regulaciones y políticas con 43%, temas personales y tecnología que aún no existe, cada una con 38% de los respondentes.

“La disrupción y la innovación pueden ser vistas como similares, pues en el centro de ambas está la experiencia del cliente. El futuro no es sobre las máquinas haciéndose cargo, sino sobre cómo utilizamos las máquinas para ser más efectivos y eficientes. Los empleos seguirán ahí, si es que equipamos a la fuerza de trabajo con un nuevo conjunto de habilidades”, compartió Brian Peccarelli, Presidente de la división Contable y de Impuestos para Thomson Reuters.

Particularmente, en el tema de la automatización se vislumbra con un halo positivo, 75% cree que en sus organizaciones existe un fuerte entendimiento de las oportunidades potenciales que la tecnología y la automatización pueden crear; 77% aseguró que liberará a los humanos de tareas monótonas, 70% que eliminará errores de las personas, y 53% que aumentará los controles y transparencia.        

“A pesar de que el cambio puede ser amenazante existen muchas oportunidades globales para las compañías que decidan abrazar la innovación y el progreso. Por ejemplo, con tecnología de impuestos una compañía multinacional puede lograr consistencia a través de las fronteras geográficas, idiomáticas y culturales – disminuyendo el riesgo y aumentando la transparencia – ayudándoles a mantenerse al día con las crecientes demandas regulatorias”, concluye Peccarelli.