A finales de la pasada semana arrancaba el nuevo sistema de ‘puerta a puerta’ en Argentina, que permite a los ciudadanos del país comprar a través de Internet en países extranjeros, de una forma más sencilla que en los últimos años y que ha causado gran polémica entre las pequeñas y medianas empresas de ventas locales que creen que esta competencia puede afectarles profundamente en sus negocios.
Durante los años de liderazgo de Kristina Kirchner en Argentina se habían puesto una serie de trabas y restricciones a las compras internacionales que hacía muy complicado adquirir productos fuera del país a precios asequibles.
Mauricio Macri, que gobierna ahora el país con una ideología totalmente diferente, ha querido cambiar este asunto y el pasado mes de julio, las autoridades del Ministerio de Producción y la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) presentaron los nuevos procedimientos para recibir envíos desde el exterior, para uso o consumo personal, posibilitando el retorno del sistema “puerta a puerta”.
El sistema permitirá recibir envíos para consumo personal ingresándolos tanto por el Correo Argentino como por servicios de couriers. Y las empresas del sector tecnológico son de las que más preocupadas se muestran, teniendo en cuenta que Argentina es uno de los países más caros en la venta de electrónica.
Explica Marcelo T Stehli, Presidente de Fedecom, la Federación Comercial de Córdoba, que “no es que el Gobierno quiera permitir nuevamente las compras en el extranjero ya que las mismas no estaban prohibidas y se realizaban habitualmente teniendo que los ciudadanos retirar sus productos en el Correo Argentino”.
Si no que, “lo que el Estado Nacional hace con estas nuesvas normativas es reglamentar y controlar este tipo de Comercio que comunmente se denomina Comercio Electrónico y del cual existen distintas plataformas Internacionales y Nacionales. Tambien se fija un arancel de importacion del 50 % sobre el producto importado o sea no es que los productos ingresan libres de impuestos, lo que como resultado final en muchos casos hace que la compra no sea del todo conveniente”.
SiliconWeek analiza los argumentos existentes a favor y en contra de esta medida que permite el envío ‘puerta a puerta’ de los productos comprados en el extranjero a través de Internet.
La Fedecom, desde Córdoba, que se ha mostrado muy crítica con las ventas ‘puerta a puerta’ por lo perjudicial que pueda resultar para algunos sectores argentinos, sobre todo las pequeñas y medianas empresas reconoce también que “e los tiempos que transcurrimos no se puede negar este tipo de Comercio que ya es una realidad mundial”.
Y afirma Marcelo Estehli que “en nuestro Pais sin duda que beneficiara a sectores que hasta el momento renegaban demasiado para poder importar repuestos de herramientas, de productos de tecnologías no fabricadas en el país”. Como por ejemplo, recuerda el directivo, “articulos electronicos, insumos para la industria de la medicina, repuestos de aparatos, etc. En fin este tipo de desrregulaciones siempre beneficia a unos y perjudica a otros”. Y concluye afirmando que “es un poco las reglas de juego a las que nos debemos someter”.
De todos modos, las asociaciones que han hablado de este asunto, reconocen que para el consumidor argentino le permitirá acceder a nuevos productos que no se encuentran en el país y le ayudará a ahorrar en algunos casos.
El presidente de la Fedecom explica que “asi como reclamabamos la salida del Cepo y la liberación de importación para una innumerable cantidad de elementos que afectaba al normal desarrollo de muchas empresas, industrias y hasta de la salud , por no poder aveces importar repuestos de aparatos para alta resolución de estudios, debemos someternos a estas nuevas reglas de juego”.
Por tanto, se recomienda a las empresas argentinas a analizar cómo ser más competitivas “y prepararnos mejor para estos eventos y de esa manera no sufrir el impacto de estas nuevas formas del Comercio que de ninguna manera podemos negar o desconocer”.
Desde la Fedecom, exlica Marcelo Estehli que, aunque en un principio “fuimos muy críticos con los margenes habilitados para poder operar. Consideramos que 1.000 dolares hasta 5 veces al año y por compra es un margen excesivo, más aun teniendo en cuenta que en un hogar seguramente haya 2 o mas personas que posean cuit o cuil y una tarjeta a su nombre que son los requisitos necesarios para realizar estas operaciones. Por lo que observamos con precaución como puede repercutir en rubros como el textil o calzado fundamentalmente”.
Como ya publicó SiliconWeek, la CAME o Confederación Argentina de la Mediana Empres, que fue la primera en declarar sus preocupaciones ante la nueva normativa explicaba que la vuelta al llamado “servicio puerta a puerta para las compras al exterior será perjudicial tanto para la industria nacional como para el comercio local, ya que en una amplia gama de productos se pueden conseguir precios hasta 67% más económicos que los que ofrece el mercado local en los productos fabricados en el país”.
Lo que está claro es que la competencia se va a incrementar. Desde la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), Vicente Lorenzo, ya ha explicado públicamente que el hehco de que un argentino pueda comprar un producto en China y recibirlo en su casa supondrá un importante ahorro que supondrá una gran rivalidad para las firmas argentinas. Dice el directivo que “la gente le va a comprar a la plataforma china, que le cuesta una cantidad entre un 60 y un 80% más barato, incluso aunque se pague la tasa del 50%”.
La CAME también reconoce que las compras online transnacionales son el futuro y no se pueden negar a que se practique pero el miedo reside en las compras a marcas asiáticas, sobre todo chinas, por la reducción de precios que ofrecen gracias a las duras condiciones de trabajo de los empleados en mencionado país.
El regreso del “puerta a puerta” en Argentina permite a los compradores hasta un máximo de cinco operaciones anuales, aunque hay que tener en cuenta que el usuario debe abonar el mismo arancel que una empresa importadora (por ejemplo, en el caso de una notebook o una tablet, el 35%). Todo esto, cuando el envío es realizado por un courier (como FedEx o DHL) y es recepcionado en el domicilio.
Otro aspecto es que el valor de cada envío debe ser inferior a los 1.000 dólares y pesar menos de 50 kilogramos.
Por otro lado, cuando el envío es realizado por un correo estatal extranjero y en el país es distribuido por Correo Argentino (también para el caso de que la mercadería es recepcionada en el domicilio) cambian las cosas y es que no hay límite en la cantidad de operaciones anuales, se cuenta con una franquicia de 25 dólares por única vez y se tributa el 50% por sobre el excedente a esos 25 dólares. El valor del envío no debe superar los 200 dólares ni los 2 kilogramos.
Otro aspecto es que aquellos usuarios que quieran traer por el correo oficial mercadería por hasta 1.000 dólares (cuando se impone un límite de 20 kilos) podrán hacerlo pero para recogerlo no será en el propio hogar, sino que deberán ir en persona a la sede central.
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