Cuando comenzó la pandemia de COVID-19 en marzo de 2020, la reacción de la mayoría de las empresas fue decisiva y rápida. La necesidad de que toda la fuerza laboral trabaje desde casa y de que las empresas cierren sus puertas aumentó la intensa presión para que las organizaciones se transformen digitalmente.
Gran parte de los presupuestos de TI se canalizaron hacia proyectos urgentes a corto plazo. Los líderes empresariales estaban unidos en su sentido de la inmensa responsabilidad de mantener las operaciones y aislar a sus organizaciones de la interrupción física y financiera. En muchos casos, las inversiones estratégicas a largo plazo quedaron en pausa.
Sin embargo, siguiendo rápidamente esa unidad de liderazgo inicial, lo que un gran número de empresas ha experimentado desde entonces es una lucha de poder interna continua entre el CEO, el CFO y el CIO; el primero quiere dar prioridad a que el negocio vuelva a crecer, el CFO quiere con más cautela conservar los presupuestos y retirarse de las fuertes inversiones enfocadas en gastos de capital, mientras que el CIO ve oportunidades que valen la pena para el gasto a largo plazo en tecnología.
Con la incertidumbre generalizada y tantos negocios bajo una gran presión, la perspectiva conservadora del CFO, en la mayoría de los casos, pasó a primer plano y dominó la agenda de gastos de TI. Sin embargo, a medida que avanza el 2022, esta tendencia continúa cambiando rápidamente.
Luchas de poder por las prioridades de gasto
A pesar de las reservas que suscitan las nuevas variantes de COVID-19, en general, el entorno empresarial es mucho más positivo. Los equipos de dirección ansían una mayor flexibilidad en su infraestructura de TI para poder reaccionar con rapidez a las nuevas oportunidades para obtener una ventaja competitiva y no verse obstaculizados por los sistemas heredados.
La presión sobre la dirección de la empresa ha pasado a centrarse en la agilidad: tanto en lo que respecta a la infraestructura que da soporte a toda la empresa como al uso de los datos para obtener información estratégica e inteligencia empresarial. El 83% de los encuestados en nuestra reciente encuesta considera que este enfoque es esencial para lograr la innovación y el crecimiento.
La lucha de poder entre el CEO y el CFO está ahora mucho más equilibrada, ya que la perspectiva de crecimiento del CEO es la que dirige la conversación. Además, la importancia del papel del CIO es ampliamente comprendida y respetada. Sus conocimientos han demostrado ser vitales para mantener las operaciones de la empresa durante una pandemia y los CIO se encuentran en posición de asesorar al resto de la empresa.
Según un reciente estudio de ESG (2022 Technology Spending Intentions Survey), los tres factores principales para justificar la inversión en TI fueron el fortalecimiento de la seguridad cibernética (38 %); mejorar el análisis de datos para inteligencia comercial en tiempo real y conocimiento del cliente (33 %) y mejorar la experiencia del cliente (30 %).
Esto demuestra la importancia y el alto perfil que ha adquirido la inversión en TI. Si se hace mal, la empresa podría sufrir graves consecuencias por los ataques de ransomware al no responder adecuadamente a las necesidades de los clientes y al no aprovechar al máximo los datos de la empresa. La encuesta destacó la importancia de mejorar la experiencia del cliente como vínculo directo entre la inversión y los proyectos que ayudan a hacer crecer una empresa.
Hacer inversiones en TI centradas en el crecimiento
Ahora que las empresas están decididas a no perder impulso, necesitan una infraestructura de TI que sea tan rápida como confiable. Pero para los directivos de las empresas, lo valioso no es realmente la tecnología en sí, sino lo que permite.
Las buenas inversiones en tecnología consisten en habilitar un negocio. Los líderes empresariales y de TI quieren mejores resultados y un rendimiento más rápido y fluido de su infraestructura informática. No quieren preocuparse por la infraestructura o el hardware necesarios para lograrlo; solo quieren un resultado final impecable y sin fisuras que permita una trayectoria de crecimiento.
Mientras tanto, las inversiones en modelos de suscripción y as-a-service ayudan al CFO en su necesidad de estabilidad financiera. Les permiten predecir mejor sus ingresos salientes, ya que se comprometen a realizar pequeños pagos regulares en lugar de grandes costes únicos.
Mantener la mentalidad de “invertir para crecer
La visión de liderazgo puede verse frenada por la infraestructura. Para conseguir la agilidad, la orientación al cliente y la innovación que las empresas quieren priorizar, las TI necesitan una tecnología moderna que proporcione un modelo operativo en la nube y que pueda consumirse de forma flexible, ampliando y reduciendo su escala según sea necesario. La libertad que ofrece este enfoque permite disponer de más tiempo y recursos para invertir en el crecimiento.
A medida que avancemos en 2022, las organizaciones darán pasos significativos para alejarse de la supervivencia y pasar al modo de reactivación. Se alejarán cada vez más de la perspectiva vacilante del CFO y adoptarán la inversión tecnológica estratégica del CIO para cumplir con los planes de crecimiento del CEO. El viejo adagio “hay que gastar dinero para ganar dinero” nunca ha sido más cierto.
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