América Latina es una de las regiones del mundo que menos invierte en innovación. Mientras que otras economías con grandes índices de crecimiento como Israel, que gasta 4,2% de su PIB en investigación y desarrollo, Corea del Sur, con un 4,1%; Japón y Finlandia, con un 3,5%, y Alemania, con el 3%, la mayoría de los países latinoamericanos invierten un promedio de 0,5%, según datos presentados hace unos días por la Unesco en su Índice de Innovación Global 2015.
Además, como ya publicó SiliconWeek haciéndose eco de mencionado estudio, después de Barbados, es Chile el país más innovador de toda la región de América Latina y el Caribe, seguido de Costa Rica y de México. Dice el informe que “aunque América Latina y el Caribe se muestran lentos para mejorar, Brasil, Argentina y México se destacan como las economías que han ido mejorando por encima del promedio de la región” y añade que también “es digno de mención el desarrollo económico, como es el papel emergente de Perú y Uruguay”. De todos modos, dice el estudio que la región no ha conseguido todavía los niveles de innovación deseados.
Recientemente, desde la CEPAL, la secretaria ejecutiva Alicia Bárcena, explicaba que América Latina y el Caribe deben apostar por la innovación como herramienta para elevar su productividad, y así “se generarán empleos de mayor calidad y al mismo tiempo se impulsarán el dinamismo económico y la inclusión social”. Según señaló, América Latina solo invierte cerca de 0,8 % de su producto interno bruto (PIB) anual en investigación y desarrollo (I+D), y la mayoría de esos recursos proceden del sector público, mientras que en la Unión Europea (UE) esa tasa asciende a casi 2 %, con una participación muy importante del sector empresarial a través de alianzas público-privadas, tal y como indican las fuentes de la CEPAL.
Sin embargo, añade José Antonio Berrios, CEO y fundador de Broota, una firma de crowdfunding, que cree “que las ganas siempre han estado”, pero añade que en los últimos han cambiado son dos factores. Por un lado“se ha desarrollado el ecosistema, han aumentado las redes de apoyo, fondos, redes de inversionistas y, por otro, “los emprendedores están comenzando a soñar en grande y apuntando a mercados internacionales”.
Hay varios factores que podrían afectar, además de la poca inversión que llega por parte de los gobiernos latinos: la desigualdad social, la falta de educación superior entre muchos ciudadanos de la región o la falta de concienciación de la necesidad de emprender por la carencia de este tipo de entornos.
Por su parte, en la reciente inauguración de una Red de Incubadoras de Negocios en la ciudad de Lima, explicaba Álvaro Zárate, co-fundador de Waves, una de las empresas que lidera este proyecto, que si “preguntas a cualquier VC o funcionario del gobierno en países emergentes como Perú, te dirán que el problema no es la falta de capital sino el bajo volumen de startups con tracción real” y añadió que “por otro lado, estos países emergentes resultan tener las tasas más altas de emprendedores per cápita en el mundo, así que lo que necesitan primero es exposición a las oportunidades de involucrarse con nuevas tecnologías y modelos de negocio que faciliten la escalabilidad”.
Hay varios modos de fomentar el desarrollo de nuevos proyectos por parte tanto de los gobiernos como de empresas privadas: aceleradoras de startups, ángeles inversores (o invest angels), incubadoras, financiación, concursos, programas o encuentros entre emprendedores para compartir ideas son ahora mismo un constante en América Latina, pero aún a niveles por debajo de otras regiones del mundo que presentan mayor innovación.
Desde Broota, José Antonio Berrios opina que Creo que tenemos de todo, si tomamos en cuenta 3 dimensiones: hay “redes de Apoyo, Emprendedores, Financiamiento, podemos encontrar casos como Argentina en donde la calidad de los emprendedores es alta, sin embargo las Redes de Apoyo y acceso a financiamiento son más bajas, en Brasil el 2014 se realizaron sobre el 40% de los deals en emprendimiento, hay un gran número de fondos de inversión en capital de riesgo y existe presencia de fondos de USA. En Chile es alto el desarrollo de la Redes de Apoyo sin embargo el acceso a financiamiento no esta desarrollado. En Colombia vemos como ha crecido el número de emprendedores y redes de apoyo”.
Al mismo tiempo, desde el gobierno, Berrios considera que “Chile y Colombia son los países con más apoyo al emprendimiento y Mexico está iniciando fuertes iniciativas para ponerse al día”.
De acuerdo con José Antonio Berrios, CEO y fundador de Broota, una firma enfocada en el crowfunding y que centra su actividad en varios países de América Latina, estos serían los pasos que un emprendedor, con una idea en mente, debería llevar a cabo para innovar:
Al mismo tiempo, si desde los diversos gobiernos se impulsasen diversas medidas, sería más fácil para los ciudadanos innovar. Como bajar las barreras para la inversión extranjera, “crear incentivos tributarios para la inversión en capital de riesgo de bajos montos, incentivar los fondos gubernamentales condicionados a inversión privada o crear una regulación para las plataformas de Crowdfunding”, como explica José Antonio Berrios, que se enfrenta constantemente a estas limitaciones, teniendo en cuenta que lidera una plataforma de crowdfunding.
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