Todos hemos escuchado a diferentes directores ejecutivos referirse repetidamente a cómo la industria automotriz está cambiando más hoy que en cinco décadas enteras, mientras espera una revolución en el transporte personal. El cambio que esto está trayendo no solo es fundamental, sino que está profundamente arraigado, causado por actores como Tesla y Uber, que de manera lenta pero segura hacen que tanto el conductor como el propietario sean redundantes con sus vehículos autónomos y su modelo de viaje compartido. El impacto está empezando a notarse.
Meses atrás, y a causa de la pandemia, las ventas de autos en todo el mundo seguían cayendo. Y las predicciones son que es probable que los fabricantes de automóviles vendan alrededor de 84 millones de vehículos o menos este año. Esto tiene graves consecuencias para la industria, que, si bien es muy eficiente en sus métodos de fabricación, es anticuada en sus prácticas de venta: básicamente, en lugar de producir por pedido, los fabricantes de automóviles producen automóviles en masa según el pronóstico de la demanda realizado con meses de anticipación por parte de los concesionarios.
El inventario no tarda mucho en acumularse y, dado que un automóvil nuevo solo puede permanecer nuevo durante un año, las existencias no vendidas se registran como antiguas, con un descuento o un crédito más fácil. En medio de todo esto, los fabricantes de automóviles están invirtiendo enormes sumas de dinero en tecnología de vehículos autónomos, sin signos de recuperación. La única forma en que pueden sostener eso es a través de recortes y despidos. Distintas grandes empresas de la industria automotriz despidieron trabajadores y se habló durante todo el año pasado de continuos recortes de personal.
Automatización física de tareas y procesos
La industria automotriz no es ajena a la automatización. Es, de hecho, pionera en esta área, ya que comenzó en la década de 1960. Hay muy poco en la línea de montaje o en la cadena de suministro que no esté completamente optimizado, y aún queda menos por ganar. De la mecanización simple, los fabricantes de automóviles pasaron a la robótica industrial, luego a la automatización digital y, en la actualidad, son grandes usuarios de la automatización robótica.
Los fabricantes de automóviles estadounidenses compran uno de cada dos robots industriales vendidos en todo el mundo, según la Federación Internacional de Robótica.
Hace unos años, Ford introdujo un brazo robótico de “visión” para instalar diferentes piezas, como parabrisas, guardabarros y puertas, en la carrocería del Ford Escape con mayor precisión. La planta de ensamblaje de Chrysler en Sterling Heights tiene un taller de carrocería flexible robótico.
Manejando todo, desde soldadura hasta ensamblaje, pintura e incluso transporte de materiales, la automatización robótica es indispensable en el taller automotriz. En la mayoría de las plantas de fabricación de automóviles, los robots ligeros ensamblan piezas más pequeñas, como motores y bombas, a alta velocidad. Otras tareas, como el atornillado, el montaje de ruedas y la instalación de parabrisas, se realizan con brazos robóticos.
El trabajo de un pintor de automóviles no es fácil y, además, es muy tóxico. La escasez de mano de obra también hace que sea más difícil encontrar pintores profesionales calificados. Los brazos robóticos pueden llenar el vacío porque el trabajo implica consistencia para cada capa de pintura. Los robots pueden seguir un camino programado, cubriendo consistentemente grandes áreas y limitando el desperdicio. Las máquinas también son útiles para rociar adhesivos, selladores e imprimadores.
Los robots colaborativos trabajan junto con otros grandes robots industriales en líneas de montaje masivas. Los manipuladores y soldadores robóticos deben colaborar para mantener la línea de montaje en movimiento. Los manipuladores de robots deben colocar los paneles en la ubicación precisa para que el robot de soldadura pueda realizar todas las soldaduras programadas.
En España, por ejemplo, Ford Motor Co. adoptó recientemente robots autónomos móviles (AMR) de Mobile Industrial Robots (MiR) para entregar materiales industriales y de soldadura a diferentes estaciones de robots en la planta de producción, reemplazando un proceso manual.
Otro gran ejemplo es Visteon, uno de los proveedores más grandes del mundo del segmento automotriz, que implementó una flota de siete AMR de MiR para mejorar su logística interna y aprovechar los controles remotos en su planta de producción en México. Seis AMR se mueven entre almacenamiento y producción, y uno de ellos recoge y entrega carretes de componentes electrónicos hacia y desde las máquinas de tecnología de montaje superficial (SMT).
Con la incorporación de tecnologías innovadoras, las empresas pueden mejorar su funcionamiento y la operatividad de sus plantas productivas al conectarse con sus áreas de producción y almacenamiento para el transporte de sus productos y materias primas. Además, los robots permiten que los trabajadores sean más productivos ya que se centran en tareas que aportan mayor valor a la empresa.
Automatización inteligente del ecosistema
En el tercer y más alto nivel, la automatización se hará cargo del propio ecosistema automotriz. Todavía a unos años de distancia, las semillas para la automatización de ecosistemas están siendo sembradas hoy por tecnologías como la Inteligencia Artificial.
Sin duda, la industria automotriz ha logrado grandes avances en la automatización de procesos y un progreso considerable en la automatización de datos, pero apenas ha comenzado a automatizar su ecosistema.
Pasar de robots físicos a bots digitales, aprovechando la automatización de procesos robóticos (RPA, un término que se ha convertido en un estándar de la industria) con bots que manejan las consultas de los clientes en los centros de llamadas de compañías financieras y robots de software en los concesionarios que programan citas de servicio, envían alertas, ejecutan diagnósticos e incluso venta de autos
Es necesario centrar la atención y los recursos en esta área porque potencialmente podría resolver la mayoría de los problemas de la industria al reducir los costos, agregar oportunidades de monetización, reducir el inventario no vendido y, sobre todo, prepararse para el dominio no tan inminente, pero ciertamente inevitable del automóvil autónomo.
Por Dula Hernández, Systems Engineering Manager de Palo Alto Networks México.
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