Las criptomonedas, criptodivisas o monedas digitales; cualquiera sea el nombre con el que las conozcamos, se han convertido en un tema en boga a nivel mundial durante los últimos años, y América Latina no se ha quedado atrás en su adopción y uso. Ya sea por las diferencias que presentan frente a métodos de pago tradicionales o porque han surgido startups vinculadas a la tecnología blockchain, las cuales han logrado posicionarse fuertemente como plataformas de intercambio, las formas de pago digitales con criptomonedas han interesado tanto a la iniciativa privada, como a personas físicas, enfocados en finanzas y nuevas tecnologías. De hecho, varios bancos centrales de algunos países alrededor del mundo, ya se encuentran en pleno desarrollo de sus propias monedas digitales para su eventual uso oficial en sus respectivos territorios, México incluído.
Según el sitio Statista, para octubre de 2021, Brasil se posicionó como el país de América Latina en el que el término bitcoin acaparó mayor interés de búsqueda entre los usuarios de Google, con un 92,6%. Por otro lado, los usuarios de Venezuela tuvieron el menor interés en esta criptomoneda con 75,2%, inclinándose más hacia el litecoin. América Latina movilizó US$353.800 millones en criptodivisas recibidas entre julio de 2020 y junio de 2021. Esto no solo es superior a lo que producen en un año economías de la región como la de Colombia o Chile, sino que representa aproximadamente 9% de toda la actividad de las transacciones que se realizan en el mundo cripto a nivel global y es allí cuando las agencias de tributación comienzan a dejar la indiferencia a un lado.
Existen diferencias marcadas entre los países con mayor adopción de criptomonedas de América Latina, ya que, por ejemplo, en Brasil, con una economía estable, las razones del uso de estas monedas pueden centrarse en la especulación y crecimiento de la riqueza, en lugar del envío de remesas y ahorros, como en Venezuela.
En cuanto al tema de la especulación y la volatilidad, usuarios han preferido irse por un camino más seguro como el de las stablecoins. Este tipo de moneda está diseñado para replicar su valor de acuerdo a una moneda fiat con la que se encuentre vinculada, como el dólar o el peso mexicano. Además, permiten a los usuarios transferir valor internacional de una forma con bajo costo e inmediatez, mientras la estabilidad del precio no se pierde. Tienen como ventaja el preservar su precio a pesar de la volatilidad del mercado, ya que está vinculada a una moneda fiat que acredita y respalda su valor. Actúa como puente directo para usuarios que quieren adentrarse en el mundo del cripto lo cual hace que su aceptación sea más rápida y segura.
El flujo económico, al ser digital, permite acceder a una casa de bolsa que abre 24 horas del día, los 7 días de la semana, 365 días al año, para mandar dinero sin tener que pedir permiso y sin ningún intermediario. También es un vehículo de inversión que permite entrar a nuevos modelos de negocios e invertir en nuevos esquemas más allá de limitantes.
El criptomundo se abre a la comunidad en general, sobre todo porque ‘arregla’ el dinero: hoy en día, se enseña que se tiene que arriesgar lo ya ganado para no perderlo, y las criptomonedas son un sistema alternativo que ofrece a las personas una viabilidad que antes no se tenía, sobre todo cuando hay crisis o inflación y hasta hiperinflación.
Por Anthony Cusimano, Director de Marketing Técnico en Object First.
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