Para Manuel A. Sordo, general manager para Latinoamérica de Universal Robots, no pasa una semana sin que se publique un nuevo estudio o se haya realizado una conferencia sobre robots que reemplazan puestos de trabajo, o una noticia en el periódico de un nuevo uso de máquinas que reemplazan a las personas.
A su vez, el tema ha ocupado un lugar central en reuniones de profesionales enfocadas en educación y fuerza laboral. “En diferentes congresos de productividad e innovación en Latinoamérica y el mundo, las personas se preguntan si los gobiernos están rezagados en presentar respuestas sobre nuevas políticas y su reconocimiento de la pérdida de empleos debido a la automatización.
“¿Deberían los países de América Latina estar haciendo más?, ¿deberían los gobiernos nacionales?, ¿cuáles deberían ser las respuestas de los profesionales de la fuerza laboral y la educación, y otros formuladores de políticas, públicas y privadas?”, se pregunta.
Para Sordo, a lo largo de los últimos años podemos destacar tres puntos clave sobre la automatización, la pérdida de empleos y las opciones ahora disponibles para la fuerza laboral y los responsables de la formulación de nuevas políticas.
“Desde hace cinco décadas, casi todas las advertencias sobre automatización y mayor desempleo han resultado incorrectas (aunque esta vez podría ser diferente). Hace algunos años, las tasas de desempleo en diferentes países de América Latina aumentaban rápidamente y los formuladores de políticas estatales estaban convencidos de que la desindustrialización y el cierre de la manufactura pesada estaban llevando a un desempleo permanentemente alto.
“A principios de la década de 1990, se establecieron diferentes grupos de trabajo relacionados con la automatización en respuesta a la desaparición de la industria aeroespacial y, más tarde, a principios de la década de 2000, internet fue el villano en la temida pérdida de empleos áreas como ventas minoristas, cajeros de bancos y otros trabajadores de servicios”, explica.
Para el especialista, en cada periodo la automatización sustituyó muchos trabajos. “Pero se crearon más empleos en ocupaciones y sectores que ni siquiera se habían previsto en años anteriores. Tal como lo habían predicho la mayoría de los economistas desde el siglo XIX, a medida que la automatización mejoraba la productividad, aumentaba el poder de compra y se creaban nuevos empleos”.
Explica que los economistas continúan teniendo esta opinión, tal vez ninguno más que David Autor, economista y profesor de economía del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), quien analiza el proceso en curso de la disrupción de la tecnología y la creación de empleos desde hace más de diez años.
Cambios
Sólo porque la automatización y la tecnología en los últimos dos siglos hayan resultado en ganancias netas de empleos, no significa que aún existan países que apropien todos los beneficios que estos elementos aportan.
“Queda por concientizar a muchos líderes empresariales que la automatización continuará generando empleos para todo tipo de industrias (y cómo estos trabajos se distribuyen geográficamente). En los próximos años, nuestra comprensión se beneficiará de más estudios sobre automatización, así como también intentos de rastrear los impactos del empleo a lo largo de diferentes economías”, explica Sordo.
Por Anthony Cusimano, Director de Marketing Técnico en Object First.
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