El mundo financiero emite, al año, más de 6 mil millones de tarjetas de pago plásticas, por lo que la industria ya está generando nuevos materiales para reducir el impacto ambiental y avanzando hacia soluciones más sostenibles.
Una de las principales preocupaciones medioambientales es la contaminación por plástico, la cual pasó de 2 millones de toneladas en 1950 a 348 millones en 2017, mientras se espera que se duplique su cantidad de aquí a 2040, según datos de la ONU.
El 90% de las tarjetas se fabrica con PVC virgen o PVC reciclado, el plástico más contaminante, y casi no se recogen ni reciclan las tarjetas caducadas. El uso óptimo e inteligente del plástico es hoy una de las principales formas de aportar hacia un mundo sustentable y la banca está empeñada en lograrlo. Desde Thales nuestro objetivo es hacer que las experiencias sean seguras, simples, intuitivas y accesibles a las personas sin perder de vista el objetivo de colaborar con un mundo más sustentable.
En efecto, las entidades financieras están ofreciendo a sus clientes opciones de pago más amigables con el planeta a través de tarjetas en base a materiales más sostenibles. Esta innovadora decisión está enfocada en disminuir la utilización de plásticos de primer uso en la impresión de tarjetas, cambiando los materiales por aquellos que encuentran una nueva vida útil, centrándose en la reducción del uso de plástico de primer uso y la compensación de la huella de carbono del proceso en sí mismo.
Thales espera reducir el plástico en un 80% de aquí al 2030, y que al menos la mitad de las tarjetas sean fabricadas con materiales sustentables, buscando finalmente que las personas migren desde tarjetas sostenibles hasta tarjetas virtuales, llegando a cero emisiones de carbono (CO2) en su elaboración.
Como empresa estamos buscando garantizar la circularidad de los recursos deteniendo el uso de plástico virgen para el 2030. Realizamos una fuerte inversión en investigación e innovación durante varios años para avanzar en materiales como resina de origen biológico (PLA), madera, plástico recuperado de los océanos y otras futuras innovaciones. Por ejemplo, en Brasil existe una empresa que recicla no sólo el plástico de las tarjetas, sino que también los chips y los transforma en nuevos productos, como cuadernos, cajas, portalápices, entre otros.
Además, la compañía cuenta con un plan de disposición de residuos que busca enviar todos los restos de PVC de la producción de tarjetas a recicladores, investigar la posibilidad de reutilizarlos en la propia industria, implementar un plan de reciclaje de residuos en el 100% de sus sitios para 2025 y aplicar reciclaje industrial, entre otras soluciones.
En línea con esto ofrecemos a nuestros clientes un programa único de compensación de carbono (CO2) para la emisión de tarjetas. Como resultado, nuestras tarjetas no sólo son neutras en carbono, sino que también cuentan con un logotipo de neutralidad en carbono para demostrar sus credenciales ecológicas a los clientes finales. Para ello, Thales ha desarrollado su propia herramienta de cálculo de la huella de carbono de las tarjetas, que está reconocida y auditada por las principales consultoras. Una vez aceptado el programa, la compensación económica de carbono se utilizará para financiar valiosos proyectos medioambientales y sociales, lo que conlleva a impactos positivos para las comunidades locales.
Creemos que solo con medidas concretas como las nombradas se puede avanzar en soluciones sustentables para salvar a nuestro planeta.
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