Actualmente, más de la mitad de las personas en el mundo vive en ciudades y en zonas urbanas. Según un nuevo informe de la ONU, se estima que esta proporción aumentará hasta un 13 % de cara a 2050. En este contexto, las metrópolis se enfrentan a retos similares en materia de transporte, seguridad pública, educación y el bienestar general de los ciudadanos y las industrias. Por ello, ya existen centenares de proyectos de ciudades “inteligentes” a nivel global que utilizan las últimas tecnologías para crear eficiencias, mejorar la sostenibilidad, promover el desarrollo económico y mejorar la calidad de vida de sus habitantes. Todas estas iniciativas tienen un elemento en común: el uso de conectividad inalámbrica fija y Wi-Fi robusta.
La idea de recopilar datos, realizar análisis automatizados y tomar rápidamente las mejores decisiones para mejorar la eficiencia general tiene un valor inmediato y duradero. En los próximos años, todo lo que pueda medirse será clave para la construcción de las ciudades inteligentes. Esto incluye la velocidad y la densidad del tráfico, los parámetros relacionados con el clima, los contaminantes, los diversos factores medioambientales y los indicadores de posibles amenazas. Estas mediciones proporcionarán datos brutos que se transmitirán a los centros de operaciones, donde se generarán predicciones basadas en los algoritmos de toma de decisiones asociados. Estos sistemas crean recomendaciones informadas y ofrecen la mejor acción posible para maximizar la eficiencia, la responsabilidad medioambiental y la seguridad.
Para lograr estas soluciones, se incorporarán millones de sensores en lugares estratégicos para proporcionar la información pertinente de manera fluida. Una red inalámbrica será el medio elegido, porque ofrece la flexibilidad de conectarse desde metros hasta cientos de kilómetros, con un rendimiento de alta capacidad suficiente para soportar simultáneamente aplicaciones de vídeo, voz y datos. Estas redes pueden desplegarse rápidamente de forma rentable para empezar a producir valor mucho más rápido que la infraestructura de cable o fibra.
Pensemos en la conectividad y la integración de la ciudad inteligente como un “tejido” inalámbrico. Como cualquier tejido, la cobertura inalámbrica se adaptará a las necesidades del entorno inmediato. Para ello, se diseña la red para satisfacer la demanda con la vista puesta en la necesidad a largo plazo de compartir datos entre múltiples aplicaciones. Mientras las redes inalámbricas se componen de radios especializadas y optimizadas para diversas aplicaciones, los operadores de redes deben centrarse en la selección de la tecnología adecuada, que debe ser resistente y asequible a corto plazo, y seguir funcionando a medida que la demanda evoluciona y crece.
En todo el mundo, las ciudades están implementando soluciones inalámbricas para crear un tejido de conectividad flexible:
Además, estas soluciones para ciudades inteligentes crean puestos de trabajo para muchas personas con experiencia en la instalación de equipos, la gestión de redes y el diseño de nuevos servicios de valor añadido.
Por último, la extensión del tejido a las comunidades rurales será, en última instancia, un factor clave para la eliminación de la brecha digital y proporcionará un acceso igualitario a las oportunidades para todos los ciudadanos. En Cambium Networks estamos creando este ecosistema inalámbrico, seguro y resistente, pero también asequible con el objetivo final de conectar el mundo y proporcionar una mayor calidad de vida a todos los ciudadanos.
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