El pasado mes de diciembre de 2014, un informe de la Unión de Exportadores del Uruguay informó de que el país es líder de la región en venta y exportación de software, después de que las ventas fuera del país de estas soluciones aumentaran en un 15% el pasado año frente a 2013. Desde Uruguay se exporta software a 52 países diferentes, lo que le posiciona como el primer país exportador de software per cápita en América Latina y el tercero en términos relativos. A pesar de ello, como veremos, también ha ido perdiendo fuerza frente a sus vecinos y hay muchos retos que superar.
Otro dato muy importante, es que, según fuentes oficiales del país, el sector del desarrollo de software presenta una tasa de ocupación total.
Explican Carlos Caetano, presidente de Cuti y Guillermo Talento, directivo de Cuti (esto es la Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información) que el desarrollo de profesionales de TI en Uruguay comenzó por los años 1970, lo que le permitió tener profesionales en forma temprana, desarrollando una capacidad antes que otros países de la región. Posteriormente esos profesionales comenzaron a crear empresas que brindaron servicios a empresas multinacionales basadas en Uruguay.
Dicen los directivos que “la calidad de los profesionales y de los productos entregados permitieron que los mismos fueran adoptados por otras sucursales de Latinoamérica de estas empresas, transformando a la industria de TI de local a internacional en pocos años. Posteriormente empresas multinacionales de TI como IBM, Microsoft y Oracle han promovido a empresas uruguayas entre sus clientes latinoamericanos, lo que generó una segunda generación de empresas exportadoras, consolidando la posición de Uruguay en el mercado de TI regional”.
En la actualidad, la industria TI uruguaya se compone de unas 450 empresas que emplean a 18.000 personas en forma directa. El 70% son pequeñas: facturan menos de 250.000 dólares anuales.
Una de las grandes ventajas que ofrece Uruguay al inversor es las diversas Zonas Francas, lo que da a las empresas beneficios fiscales y fondos para promover inversiones. En Uruguay existe, desde principios del siglo XX, un régimen de zonas francas que exime a las empresas de una serie de tributos, entre otros, el impuesto a la renta y el IVA, como puede ser Zonamérica, un parque tecnológico, situado en Montevideo y que está llegando a otros mercados como la ciudad colombiana de Cali.
Otro aspecto muy positivo que merece la pena destacar es que, como Uruguay ha ganado buena imagen en cuanto a la calidad de su software, ha aumentado la exportación de sus productos. Dicen los responsables de Cuti que las soluciones creadas en el país han conseguido desembarcar “en otros países de la mano de empresas multinacionales del sector o de la mano de clientes propios que son empresas multinacionales” y añaden que “al ver la buena experiencia que tuvieron con empresas uruguayas a nivel local, expandieron a sus casas matrices o filiales hermanas la propuesta uruguayas”.
La mayoría de las soluciones de software uruguayas llegan a Estados Unidos en un 37% de los casos, Brasil en un 10%, México y Argentina en el 8% y Chile el 6%.
Varios países de América Latina han tomado decisiones legislativas para fomentar el uso del software libre sobre el privado y uno de ellos fue Uruguay que, como decíamos anteriormente, aprobó su Ley del software libre y los formatos abiertos que explica que la ley establece que el Estado deberá preferir la inversión y desarrollo en software libre sobre el privativo, salvo cuando éste no cumpla las necesidades técnicas requeridas.
Además, en caso de que el Estado decida invertir en software privativo, deberá justificar las razones del gasto y argumentar su elección y, además, el Estado deberá distribuir y aceptar toda información en al menos un formato abierto, estándar y libre. Otro asunto es que el intercambio de información a través de Internet deberá ser posible en al menos un programa licenciado como software libre.
El gobierno de Uruguay explicó que el objetivo de la ley contiene varias ventajas para la administración pública y la ciudadanía. Por un lado, el gasto público disminuirá, y es que el gasto en licencias de software privativo “es un agujero fiscal para las administraciones públicas y una oportunidad de negocio para quienes negocian los acuerdos”, según explicaban las autoridades del país que defendían la nueva ley.
Por otro lado, desde que Edward Snowden, antiguo agente de la CIA que desveló las prácticas de la Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos con los datos de los ciudadanos, muchos gobiernos del mundo han hablado de la necesidad de dejar de usar tantos programas informáticos de empresas llegadas de Estados Unidos que guardan la información del usuario.
Como publicaba SiliconWeek hace unas semanas, “la última Encuesta Anual de la Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información (Cuti) indica que la industria TIC nacional sufrió una caída respecto a la tendencia de crecimiento de los últimos años. Concretamente, según los datos, en la actualidad, la industria representa el 1,34% del Producto Interno Bruto (PIB) anual del país, según la última encuesta del sector elaborada por Cuti. Y, al mismo tiempo, destaca que el crecimiento de las exportaciones de la industria TIC se desaceleró.
Una de las debilidades de futuro que los representantes de la Cuti observan es “como en todos los mercados la falta de recursos humanos. Y el tamaño relativo de las empresas de Uruguay”. Y es que, añaden Caetano y Talento que “la situación actual es de una constante necesidad de personal por el crecimiento constante que ha tenido la industria y como en muchos mercados la oferta disponible de recursos humanos se ocupa rápidamente. Generar mayor cantidad de recursos humanos, es un desafío que CUTI ha tomado como propio, impulsando desde su rol de representante de la industria, interactuando con el gobierno, autoridades de la educación y universidades”.
Por todo esto, añaden Carlos Caetano, presidente de Cuti y Guillermo Talento, directivo de CUTI sobre este hecho que “ha habido una baja en los niveles de competitividad de Uruguay en general, lo que ha impactado en los costos de la industria. También ha influenciado una fuerte apuesta de otros países a la promoción de sus industrias de TI”.
Y continúan que “efectivamente desde CUTI hemos advertido que pese a que la industria ha seguido creciendo, desde hace algunos años, hemos perdido competitividad con otros mercados. Desde CUTI estamos trabajando fuertemente para influir en las políticas de promoción del nuevo gobierno que se instalará a partir de Marzo, para que puedan generar un marco más adecuado y moderno que permita brindarnos un aspecto diferencial del resto del mercado latinoamericano, que permita a la industria retomar los niveles de crecimiento que ha mostrado en años anteriores”.
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