Hasta ahora, cuando un usuario colombiano compraba un nuevo celular buscaba las ‘ofertas’ de las principales operadoras que ofrecían unos descuentos a cambio de comprometerse con unos contratos mensuales durante varios años de su vida. Pero desde el 1 de julio esto se acaba, como ya ha acabado en otros muchos países del mundo.
Esto, básicamente, quiere decir que a partir de la fecha mencionada, cuando el operador ofrezca los servicios de voz y datos móviles, tendrá que hacerlo por separado de la venta de equipos o terminales.
¿Para qué el fin de esta práctica?
¿Por qué? ¿Qué ha llevado al gobierno colombiano y a otros muchos de otros países, a prohibir esta práctica? Por un lado, se quiere que en el mercado haya una mayor competencia. Y es que los usuarios ya no tendrán desde ahora que firmar contratos de permanencia con una empresa, cuyos costes de cancelación sean tan altos que le impida moverse de compañía, como sucedía hasta este momento.
Por su parte, el ministro de las Tecnologías de la Información y la Comunicación del país, Diego Molano Vega, lo ha explicado así: “la medida implica que el negocio de comercialización de teléfonos ya no está atado a los operadores, razón por la cual los contratos que hagan por venta serán completamente diferentes”. Por ello, no sólo las operadoras atraerán al usuario a la hora de comprar un nuevo celular con sus ofertas ligadas a sus contratos de permanencia y así se da más espacio a tiendas de electrónica “y otras que deseen ingresar en ese negocio”.
En Colombia se calcula que sólo el 15% de los teléfonos celulares se venden a través de tiendas de cadena y es que las operadoras monopolizan la venta de terminales. Empresas como Movistar, Claro o Tigo, al tener una gran base de clientes, puede comprar un gran volumen de equipos a los fabricantes y proveedores, lo que quita libertad a la competencia. En otros países de América Latina donde ya se han tomado medidas similares, como Brasil y Chile, se calcula que cerca de 40% de los equipos se adquieren en tiendas de tecnología e hipermercados y alrededor de un 60% a través de los operadores.
Un resumen del Proyecto de Ley presentado en el Congreso el pasado año
Desde 2007 la Comisión de Regulación de Telecomunicaciones aprobó una resolución en la que definió la cláusula de permanencia mínima que pueden imponer a los clientes los proveedores de telefonía móvil, Internet y televisión por cable o satelital.
Tal y como lo dice el texto jurídico, una cláusula de permanencia es un pacto que se establece en un contrato con el que el suscriptor se obliga a no terminar anticipadamente y sin justa causa su contrato de prestación de servicios de telecomunicaciones. En caso de no cumplir con esta cláusula, el usuario tendrá que pagar una suma de dinero al operador de acuerdo a lo que hayan pactado.
Es decir, el usuario accede a un crédito para comprar su teléfono, pero como ya no existen los contratos de permanencia, puede cambiarse de operador en cualquier momento, antes pagando el valor del equipo que quede pendiente en los meses restantes hasta cuando se acabe la cláusula. De acuerdo con la normativa, la factura que llegue deberá registrar el gasto en voz y datos y además, si se ha pedido un crédito, el importe a pagar a este respecto. Por su parte, si un cliente no paga la cuota del celular, el operador no puede cortarle el servicio de voz ni de datos, aunque sí reportarlo a las centrales de riesgo si sucede durante varios meses, aunque continúe con el servicio.
Además, parece ser que el Ministerio de las TIC tendrá acceso directo a los sistemas de monitoreo de las redes de los operadores para garantizar una revisión diaria del cumplimiento de los estándares de calidad del servicio.
¿Qué supone esta medida para los usuarios?
La mayor preocupación de los usuarios es si los celulares que se compren sin contrato de permanencia serán más caros. Y es que, hasta el momento, si un usuario compraba un terminal a través de un contrato de permanencia, le salía más barato, aunque, al mismo tiempo, se comprometía a un pago mensual que venía unido a un plan de voz y de datos.
Ahora, con el fin de los contratos de permanencia, el usuario deberá pagar el coste total de un terminal en el momento de su adquisición, lo que supone un desembolso inicial más alto que no todo el mundo se podría permitir. Pero las empresas no querrán dejar partir a sus posibles clientes así que ya se sabemque continuarán ofreciendo la posibilidad de comprar un celular a cuotas de 12 meses o más. Tigo los venderá a cuotas sin intereses y Claro ofrece la opción también a cuotas en sus puntos de venta o a domicilio, mientras que Movistar no quiso suministrar información sobre sus planes. Para obtener el crédito, los usuarios tendrán que demostrar que tienen una buena historia crediticia.
En cuanto a si será más caro el terminal o no, hay diversas teorías. Por un lado, hay estudios que afirman que los contratos de permanencia hacían al usuario pagar más dinero mensualmente del que necesitaban y era así la forma en que las operadoras recuperaban el dinero que habían financiado. Otros estudios afirman que ahora el usuario pagará más, sin embargo, al haber más competencia en el mercado, también los vendedores se esforzarán más en ofrecer descuentos y precios asequibles. Y es que, además de las tres principales operadoras del país, Claro, Movistar y Tigo, otras grandes cadenas como Éxito, Jumbo, Alkosto, Ktronix, Panamericana y La 14 entran en este juego. Además de que muchas empresas fabricantes están abriendo sus propias tiendas en el país, donde también se podrán adquirir estos terminales.
Además, al no tener a los clientes ’atados’, también el mercado espera que las grandes operadoras de Colombia ofrezcan unos planes más competitivos y baratos para atraer a nuevos clientes mes a mes. Eso sí, todo aquel ciudadano que tenga un contrato con un equipo subsidiado firmado antes del 30 de junio, deberán esperar a que termine este antes de poder firmar un nuevo acuerdo sin cláusulas.
Un estudio realizado en España por kelisto.com y publicado por ChannelBiz, después de que se tomara una medida similar en dicho país, afirmaba que “un usuario podría llegar a ahorrar hasta 329 euros de media si optara por teléfonos liberados y contratase de manera independiente a esto una buena tarifa conforme a sus necesidades, en vez de comprometerse a alguna de las ofertas de potabilidad que ofrecen las operadoras que trabajan en España”. Quién sabe qué tarifas aparecerán en el mercado colombiano.
¿Y para el mercado?
El hecho de que las operadoras ya no puedan atar a sus clientes durante plazos de uno o dos años como sucedía hasta ahora, dará lugar a un mercado más competitivo. Las tiendas de electrónica tendrán una mayor capacidad de atraer al cliente con sus ofertas y se espera que esto genere un mayor número de descuentos y promociones. Así que, aunque haga falta pagar el celular completo, sin el descuento que daba unirse a algún plan, se cree que esta medida dará lugar a un mercado más dinámico y competitivo.
También para las OMV (Operadoras Móviles Virtuales) habrá más opciones. Para una operadora móvil virtual, con menos usuarios que las tres grandes empresas de comunicación en Colombia, era difícil ofrecer terminales a precios reducidos a cambio de un contrato de permanencia. Ahora les resultará más fácil competir en su oferta de servicios de datos y voz a precios asequibles para atraer a un mayor número de ciudadanos.
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