La adopción de inteligencia artificial y aprendizaje automático en las diferentes industrias, representa un nuevo capítulo en la transformación digital.
El rápido surgimiento e implementación de estas tecnologías, debido a la importancia que agrega para la competitividad en las empresas, muchas veces queda limitado debido a una serie de factores, incluidas las preocupaciones en torno a la seguridad y la privacidad de los datos.
Ante esto se puede plantear una analogía con el funcionamiento de Waze, que se diferencia del GPS y otras aplicaciones de mapas y rutas, porque existe la colaboración entre los usuarios.
Datos sensibles como información personal, color del automóvil o placas no son compartidos, pero información relevante y útil del trayecto, como la velocidad del tráfico, accidentes e incluso el precio del combustible en una gasolinera beneficia a todos.
Con la implementación de la inteligencia artificial, los datos que se recopilan de todas las empresas se analizan, y gracias a los temas de machine learning se tiene la capacidad de aprendizaje, lo que resuelve a corto plazo diversas problemáticas.
Por tanto, si la máquina aprende a calcular un aspecto repetitivo de una compañía, esa inteligencia será compartida y, a partir de allí, ayudará a otros a resolver problemáticas comunes.
Esta colaboración ayuda a las organizaciones a conocer mejor el mercado en el que actúan, y tomar decisiones más acertadas para un crecimiento sostenible.
Aunque muchos beneficios provienen de este tipo de operaciones de procesamiento, cuando se trata de datos personales, existen implicaciones para la privacidad y la protección de datos.
La seguridad de la información es algo que preocupa y merma la adopción de la Inteligencia Artificial, ya que se piensa que al haber más sistemas y cosas conectadas, habrá más puertas abiertas para ciberataques, pero no se piensa en soluciones que garantizan la seguridad de la información como es el control de acceso a estos equipos por medio de políticas y contraseñas.
Es posible, por ejemplo, determinar restricciones de acceso por personas, cargos o áreas.
Tener mayor control en estos aspectos reducirá cualquier tipo de riesgos. Además, la tecnología permite definir qué aplicaciones o, incluso, campos pueden ser visualizados por los usuarios. Los especialistas recomiendan no temer y crear políticas específicas, y no dudar en llevar la IA a sus operaciones del día a día.
Por Dula Hernández, Systems Engineering Manager de Palo Alto Networks México.
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