Un estudio realizado por el Banco de la República en Colombia y titulado ‘La exclusión en los tiempos del auge: el caso de Cartagena’, elaborado por Jhorland Ayala García y Adolfo Meisel Roca, codirector del Emisor explica que, tras Cúcuta, la capital de Bolívar presenta altas tasas de exclusión social.
Los autores señalan que Cartagena, por número de habitantes (poco más de un millón a finales de 2016) es la quinta ciudad más grande del país y, con base en datos del 2014, si se mira por actividad económica registró un producto interno bruto (PIB) por habitante que equivale a 15,6 millones de pesos, que la convierte en la tercera con el valor más alto después de Bogotá (19,7 millones de pesos) y Bucaramanga (18,8 millones de pesos). La industria, el turismo y la actividad portuaria lideran la economía de Cartagena que a pesar de las cifras muestra altas tasas de desigualdad y exclusión social.
La informalidad laboral también tiene una mayor influencia en Cartagena. Mientras que en el promedio de las trece principales ciudades la informalidad fue de 48,1% en 2015, Cartagena sobrepasó esa cifra ubicándose en 55,3%.
Se han identificado tres principales facetas de la exclusión social. Dice el informe que “en primer lugar está la económica, en donde los excluidos son los desempleados. Este grupo tiene limitaciones a la hora de obtener recursos que les permitan comprar activos o acceder a créditos”.
En segundo lugar está la faceta social. Una vez las personas quedan desempleadas y pierden posibilidad de adquirir o mantener un estatus social, comienzan a perder lazos o contactos personales con los grupos de niveles socioeconómicos más altos.
Finalmente, hay una cara de la exclusión relacionada con aspectos políticos, como por ejemplo, la menor participación de ciertos grupos poblacionales como las mujeres o algunas poblaciones étnicas o grupos religiosos minoritarios en aspectos importantes de la vida pública del país”.
Como ya publicaba SiliconWeek en un reportaje, América Latina es la región con mayor desigualdad del mundo. Mientras muchas personas tienen acceso a una educación de calidad, puestos de trabajo formales y bien remunerados o al consumo y uso de nuevas tecnologías, un porcentaje aún mayor de personas vive en situación de pobreza, lo que lleva a que reciben una escasa o en ocasiones nula educación, no puedan así desarrollar sus aptitudes y que en muchos casos no tengan la oportunidad de conectarse a Internet, una de las mayores fuentes de oportunidades del mundo, cuando se usa bien.
Por Anthony Cusimano, Director de Marketing Técnico en Object First.
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