Ahora que está a punto de llegar el verano, con sus vacaciones, en muchos países del mundo, entre otros México y en el que los europeos y norteamericanos tienen más tiempo libre para viajar, los servicios relacionados con el turismo tienen una época en la que esperan grandes ingresos. También así aquellos que tengan su casa o alguna habitación para rentar a través de la plataforma Airbnb, que cada vez se ha hecho más polémica.
En América Latina, una región donde el turismo está en crecimiento, Airbnb también lo está. Recientemente, los voceros de la empresa anunciaban que su intención es la de abrir en los próximos meses oficinas en Ciudad de México y Buenos Aires, como parte de su estrategia para América Latina y el Caribe, la zona donde su negocio crece más rápido, según las informaciones. De hecho, en el último año, el número de llegadas a viviendas de la lista Airbnb en la región, aumentó en un 148%, hasta los 5,2 millones de personas, y se duplicó la cantidad pagada por el alojamiento, hasta totalizar a 650 millones de dólares.
En la Ciudad de México el panorama es diferente. A comienzos de este mes de junio se anunciaba que de ahora en adelante Airbnb aportará 3% del total de la cuenta del huésped para las arcas de la ciudad . El Jefe de Gobierno de la ciudad, Miguel Ángel Mancera, aseguró en ese momento que este impuesto significa un “beneficio sustancial” para la Ciudad de México y un fomento a las economías compartidas, mientras que los respresentantes de la web dijeron que quieren colaborar, de igual modo, con otros gobiernos de ciudades de todo el mundo.
Además, la compañía está discutiendo acuerdos similares con los Gobiernos de ciudades como Sao Paulo y Buenos Aires.
Colombia, un destino que está aumentando cada vez más su atractivo hacia los visitantes ( y más desde que se proclamó la paz en el país), anunció hace unos días su intención de regular el servicio. María Claudia Lacouture, ministra de Comercio, Industria y Turismo explicó que “estamos en mesas de trabajo con Airbnb para establecer los parámetros de su formalización en Colombia”, y aclaró que se trata de una iniciativa del Gobierno y no de una exigencia gremial, pero coincide con el reclamo de la industria hotelera, que ha pedido que regulen el funcionamiento de dicho servicio. La web lleva en el país desde 2013, pero esta regulación aún noha llegado.
El presidente de Cotelco, Gustavo Toro, exige que Airbnb en Colombia y sus afiliados se conviertan en prestadores de servicios turísticos formales (como es obligación para los hoteles, agencias de viajes y otros actores de esta industria). Para ello, cuando se llegue a regular, Airbnb y las viviendas que se publiquen en su plataforma deberán obtener el Registro Nacional de Turismo (RNT), la licencia de funcionamiento del sector. Recordó Toro que la industria turística cumple con toda la carga tributaria, los gastos de nómina y otras inversiones para estar en operación, mientras que aquellos que rentan sus cuartos o departamentos a través de Airbnb no hacen.
En la práctica, encontramos personas que prefieren dejar sus casas vacías porque el negocio que pueden hacer a través de Airbnb es mucho más lucrativo que cediéndolo a unos inquilinos a través de una renta mensual. Lo que supone que personas que tienen más de un departamento se están lucrando con el negocio, mientras que aquellas que no tienen y que precisan rentar, tienen menos acceso y, encima, sus precios han subido.
Hay diversos frentes abiertos en varias ciudades turísticas del mundo sobre cómo el modelo Airbnb está afectando a sus ciudadanos. Aquí resumimos algunas de las polémicas que están en pie:
-Inquilinos que realquilan los departamentos. Además, la misma ciudad española ha descubierto que hay, al menos, 316 pisos realquilados por los inquilinos como pisos turísticos. Es decir, el dueño renta su propiedad pero los alquilados se lucran con ella, a causa de la falta de control, rentándola a terceros.
–Casas vacías. Muchos dueños de departamentos prefieren dejarlos vacíos antes que alquilarlos mensualmente, porque les sale más rentable la primera opción. Eso lleva a dos problemas: que las personas que habitan en una ciudad ven limitado el número de viviendas que están disponibles para habitar y que esto aumenta el precio medio de los alquileres. ¿Pudiendo rentar a turistas a altos precios, para qué perder dinero rentando a los residentes de la ciudad? En la isla española de Lanzarote se ha denunciado que muchos inquilinos han recibido la comunicación de sus caseros para que abandonen la vivienda, presumiblemente para dedicarla al alquiler vacacional o para subir el precio del alquiler de forma considerable.
-Empresas inmobialiarias que se aprovechan de la falta de control. Desde Madrid se ha acusado queen algunos de los casos de las viviendas que se ofrecen en Airbnb, “no son ya propietarios que alquilan la casa que tienen vacía, sino empresas inmobiliarias que compran pisos para destinarlos a esta actividad, sacan del mercado de alquiler residencial miles de pisos, lo que lleva a que se reduzca la oferta y a que se disparen los precios”.
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