Cada día nos movemos por Internet de página en página, ya sea a través de Google (o cualquier otro buscador), mediante enlaces de publicidad o en publicaciones de redes sociales. Según informan las estadísticas de NIC.MX existen registrados alrededor de 1.2 millones de dominios sólo con la terminación “.mx”, y otros tanto con el genérico “.com” en manos de usuarios mexicanos.
No cabe duda de que, a día de hoy, Internet es una pieza clave de nuestra vida. Pero a pesar de ser una industria enorme, todavía, por momentos, no tenemos muy claro cómo funciona. Por ejemplo, el dominio es aquel nombre que recibe una página web para que pueda ser rastreable. Este es asociado a una dirección IP, gracias a la que todos los dispositivos pueden ser localizados en internet.
Estas direcciones de IP son gestionadas por dos organizaciones: la Autoridad de Asignación de Números de Internet y la Corporación de Internet para la Asignación de Nombres y Números, y se encargan de gestionar todos los dominios de Internet, direcciones IP, servidores DNS, protocolos, etc.
De acuerdo con Rodrigo de la Parra, vicepresidente para América Latina y el Caribe de la ICANN, estas organizaciones deciden qué empresas u organismos pueden ser “registradores acreditados”, para poder comercializar los dominios y ofrecer distintos servicios adicionales para la administración de estos. “Empresas como Neubox, entre otras, se encargan de vender y ofrecer los “nombres” disponibles y alojar a usuarios que quieren crear un página de internet, además de ofrecer sistemas de gestión de contenidos”, comenta De La Parra.
Antes los dominios estaban restringidos en su uso en función del propósito que tuvieran. Podían tener fines comerciales (.com), relacionado con organizaciones (.org), o educación (.edu). Aunque actualmente ya no existen tantas restricciones al respecto, pero sí de cara al nivel geográfico: por ejemplo, se emplea “.mx” para México, “.ar” para Argentina o “.es” para España.
Pero, ¿cómo se puede adquirir un dominio? Simplemente ingresando en una plataforma hosting y comprobando si el nombre que le quieres poner a tu sitio web se encuentra disponible. En principio, una página de internet es gratuita mientras se aloje en el dominio del servidor. Si quieres tu propio nombre el precio puede variar entre los 200 y 500 pesos anuales.
Existen varios métodos para saber a quién pertenece es un dominio, como directorios públicos y de consulta gratuita con información técnica de los dominios registrados e información de contacto de los titulares de estos. También cuando se busca adquirir uno, los distintos proveedores revisan la disponibilidad del nombre.
“Cuando registras y pagas por un dominio tienes el control sobre éste de 1 a 10 años y nadie puede quitártelo; sin embargo, si no renuevas la licencia, vuelven a estar disponibles hasta que pasan los días de los períodos de gracia (35 días), castigo o redención (30 días) en los que el precio sube de valor y eliminación (5 días) que se cuentan desde la fecha de caducidad”, agrega Rodrigo de la Parra.
Internet se ha vuelto un negocio para muchos usuarios que buscan dominios caducados que aprovechan su autoridad y posicionamiento web que habían logrado anteriormente. De esta manera compran, venden y subastan nombres de dominios importantes que pueden llegar a costar miles de dólares.
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