Boanta acabó ingresando en prisión en 2009 después de ser declarado culpable de suministrar equipamiento para crear tarjetas de crédito falsas que podían emplearse para robar dinero de los cajeros automáticos de las entidades bancarias.
El criminal lleva en la cárcel apenas seis meses de sus cinco años de condena, y parece que no ha perdido el tiempo ya que ha desarrollado tecnología que evita que se puedan cometer ataques contra los cajeros.
Como ha sucedido con otros hackers en el pasado, Boanta se ha pasado al lado de los buenos con el invento de Secure Revolving System (SRS), un sistema que instalado en los cajeros evitará que se puedan escanear las bandas magnéticas de las tarjetas con las máquinas especiales que utilizan habitualmente los criminales.
El hacker rumano tiene la ayuda en su proyecto de la firma rumana de tecnología MB Telecom, que ha patentado el SRS y ha anunciado que estará disponbile en breve.
Además, se ha confirmado que Boanta podrá trabajar en esa empresa cuando termine su estancia en prisión.
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