El teletrabajo es un término que realmente se ha puesto muy de moda en los últimos años. Se refiere a que los empleados de una empresa puedan realizar sus labores desde cualquier lugar, gracias a la tecnología.
Muchos ven el teletrabajo como una panacea de los nuevos tiempos, ya que, al estar trabajando desde cualquier lugar, normalmente desde casa, los ciudadanos pueden hacer mejor eso que tanto buscamos, de compaginar el trabajo con la vida personal o viajar el mundo mientras se desarrolla una carrera profesional.
Pero hay que tener en cuenta que también requiere mucho esfuerzo, como una disciplina por parte del empleado y la creación de una confianza entre empresas y trabajadores, además de que las condiciones que se le ponen al empleado que teletrabaja, en cuanto a temas fiscales, no siempre son los mismos que para el empleado presencial.
Explica David Villarreal, Country Manager de Polycom en Colombia que en Latinoamérica, el teletrabajo, “está tomando un papel muy importante, sobre todo porque hay una nueva fuerza laboral, la denominada Generación Y o Millennials, que exige flexibilidad laboral y un balance entre su vida laboral y personal”. Aunque por el momento, el directivo ha notado que “las primeras implementaciones provienen de empresas transnacionales que replican su diseño de teletrabajo en su casa matriz, ubicada principalmente en Estados Unidos”.
Ventajas y desventajas del teletrabajo
David Villarreal, de Polycom en Colombia, tiene claras las ventajas de esta nueva modalidad de trabajo: “El teletrabajo le ofrece muchas ventajas a las empresas, por ejemplo, aumento de la productividad, reducción de costos fijos, acceso a una fuerza de trabajo dispersa geográficamente, atracción y retención de talentos”. Polycom es una empresa que ofrece servicios de videoconferencia a las empresas, facilitando la comunicación entre los trabajadores, aunque estén dispersos geográficamente.
Por su parte, cuando de las personas se habla, explica el emprendedor dominicano Emilio Rodríguez, creador de emprendedoruniversal.com, que trabajar desde casa supone en muchos casos, “no tener que intercambiar horas por dinero, sino crear productos y dejar que hagan dinero”, esto en el caso de emprendedores que crean sus propias empresas. Para el teletrabajador en general es importante que pueden quedarse en su casa y aprovechar más del tiempo en familia. Además, en muchos casos, como indica Rodíguez, el trabajador tiene la posibilidad de evitar llegar a una oficina todos los días con unos horarios fijos.
Otra de las principales ventajas que los empleados aprecian es que no se pierde tiempo en transportarse al trabajo a diario. De acuerdo con la viceministra de las TIC de Colombia, Carolina Hoyos Turbáy, en un encuentro sobre el Pacto del Teletrabajo que trata de impulsar el gobierno del país, los estudios calculan que los habitantes de la ciudad de Bogotá, pierden alrededor de 3 horas al día en ir y regresar a su trabajo y añadió que “el teletrabajo es fundamental para contar con una ciudad sostenible”. Y es que, si un ciudadano se queda en casa y no toma su automóvil o el transporte público, está ahorrando emisiones contaminantes a la atmósfera, algo muy apreciable en las cada vez más contaminadas ciudades.
Otro aspecto destacado es la inclusión laboral de personas con discapacidad o de personas que viven en zonas rurales alejadas de las grandes urbes, normalmente, centros neurálgicos de la mayor parte del empleo de oficina. Si una persona tiene problemas en la movilidad, el teletrabajo, el hecho de que pueda realizar su labor desde casa, sería muy útil.
Finalmente, muchos indican como ventaja el ahorro que esto supone para el trabajador. Recuerda Villarreal que si el empleado no se ha de mover de casa, ahorra en combustible, mantenimiento, desgaste del vehículo, parqueo, peajes y vestimenta. De todos modos, otros teóricos alegan a esto que los teletrabajadores necesitan, en muchas ocasiones, comprar sus propios equipos (lo que sería a su vez, un ahorro para la empresa) y gastar dinero en electricidad.
Jonathan Malagón, director de análisis económico de Fedesarrollo, explicó durante el mencionado encuentro celebrado en Bogotá el mes de abril, que para el trabajador, el teletrabajo supone la facilidad de conseguir conciliar la vida laboral y la familiar y el ahorro en costes de desplazamiento. Para las empresas supone ahorro en sus instalaciones y en la electricidad, aumenta la productividad y mejora el perfil de la contratación, ya que permite que tenga acceso a trabajadores de muchos más países del mundo. Para la sociedad, el teletrabajo impulsa la apropiación de las tecnologías y ayuda a acceder al mercado laboral a personas con problemas de movilidad.
También hay riesgos en esta modalidad de empleo, sobre todo relacionadas con el desconocimiento del trabajador. De acuerdo con Malagón, resalta la probabilidad de que se reduzca la demanda de trabajadores locales, haya menos comunicación entre los trabajadores y que si las herramientas no se usan de forma adecuada puede perderse información de la empresa.
Además, no tenemos que olvidar que, como comentábamos anteriormente, la falta de regulación hace que los teletrabajadores no cuenten, en una gran parte de los casos, con las mismas ventajas fiscales y económicas que las personas que acuden a las oficinas. Las empresas tienden a contar con autónomos, en vez de ofrecer contratos a los trabajadores.
Obstáculos en América Latina para el despliegue masivo del teletrabajo
Aún esta es una práctica poco conocida en el continente, pero que ayudaría mucho en el propósito que las grandes ciudades latinas están persiguiendo de tener ciudades más sostenibles, con menor tráfico y polución.
En segundo lugar, destaca Villarreal, la seguridad de las comunicaciones podría ser una de las grandes barreras a la expansión del teletrabajo. Dice el directivo que “a pesar de que hoy es posible acceder a la red empresarial y realizar videoconferencias con seguridad, se puede ver todavía este punto como uno de los temas a considerar al momento de implementar el teletrabajo”.
Un tercer punto muy interesante lo relata el emprendedor Emilio Rodríguez, que explica que hay una falta de conocimiento de este tema y una falta de confianza: “la idea de hacer dinero desde tu casa a los latinos les suena algo como “¿a quién o cómo vas a engañar?” porque aún no creemos que es posible. La realidad es que sí, hay demasiadas personas engañando y la fama fue dada por algo real, pero espero que eso cambie pronto y que el público sepa diferenciar qué ofertas se tratan de puros engaños para que estos no sigan teniendo mercado”.
La regulación legal es necesaria
La mayor parte de las grandes economías latinas están llevando a cabo medidas para implementar el teletrabajo y dar a conocer esta alternativa entre empresas y ciudadanos. También hay legislación que ha ido apareciendo para regular el empleo de este modo.
De acuerdo con Viviana Laura Díaz, Coordinadora del grupo de teletrabajo eLAC2015 (un plan de acción para América Latina y el Caribe, acorde con los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) y la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información), en Argentina, “a través de la Coordinación de Teletrabajo, en el año 2008, se lanzó el Programa Piloto de Seguimiento y Promoción del Teletrabajo en Empresas Privadas (PROPET), primero y único en América Latina y el Caribe, que permite facilitar la aplicación del teletrabajo en las relaciones laborales de una empresa brindando la seguridad jurídica las empresas necesitan”.
Es importante contar con una legislación al respecto, ya que, como explica Díaz, ha de buscarse, como ha hecho el proyecto argentino, “promoción de la igualdad de trato entre los trabajadores a domicilio y otros trabajadores asalariados, particularmente en orden al ejercicio de la libertad sindical, la protección contra la discriminación en el empleo y en la ocupación, la protección en materia de higiene y seguridad, la remuneración, la protección de los regímenes de la Seguridad Social, el acceso a la información, la edad mínima de admisión al empleo y la protección de la maternidad”.
En Colombia no hay que perder de vista el Pacto por el Teletrabajo desarrollado por el Ministerio de las TIC de la mano de otras organizaciones gubernamentales y que constantemente va reuniendo empresas socias que quieran contribuir al fomento de esta práctica.
Otro ejemplo a tener en cuenta es el de Chile, que desde 2010 cuenta con una ley para regular el teletrabajo, después de que el congreso aprobara un proyecto de ley que criticaba que por aquel entonces un 47% de los trabajadores a distancia no contaba con contrato.
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