El sector de la logística, valorado entre $8-12 billones de dólares anuales a nivel global, representa una de las industrias más colosales y complejas del mundo. Para ponerlo en perspectiva, solo el último tramo del proceso logístico —comúnmente conocido como última milla— tiene un valor aproximado de $1,330 millones de dólares. Aunque esta cifra es más comprensible, sigue siendo impresionante cuando se considera el volumen de mercancías, las distancias recorridas y la cantidad de variables involucradas.
La logística involucra sistemas intrincados, vastos y en constante movimiento. Por eso, los líderes logísticos siempre están en busca de mayor visibilidad y control sobre sus cadenas de suministro. La clave del éxito radica en conectar procesos separados y, mediante un enfoque integral, garantizar que los productos lleguen a su destino de forma eficiente. Dentro de este ecosistema, la última milla ocupa un lugar crucial, ya que es el momento en que todas las inversiones previas deben reflejarse en eficiencia de costos, rapidez de entrega y satisfacción del cliente.
La importancia de la última milla radica en su complejidad. En algunas industrias, un solo recorrido puede implicar más de una docena de paradas diarias, lo que convierte a esta fase en una operación gigantesca y sumamente desafiante. A menudo es la fase más costosa y crítica del proceso logístico, dado que impacta directamente en la experiencia final del cliente.
El panorama cambiante de la logística y la cadena de suministro
La tecnología ha revolucionado el sector logístico en los últimos años. Desde la adopción de Inteligencia Artificial (IA) y Machine Learning, hasta la incorporación de Internet de las Cosas (IoT), entre otras, cada avance ha proporcionado a las empresas nuevas formas de gestionar sus operaciones. Sin embargo, distinguir entre soluciones verdaderamente útiles y las que son solo moda puede ser complicado.
En este contexto, las soluciones basadas en la Nube han ganado popularidad debido a su capacidad para proporcionar visibilidad en tiempo real. Gracias a estas plataformas, los operadores logísticos ya no necesitan trabajar “a ciegas”, como en el pasado, sino que ahora pueden anticipar y gestionar problemas en la cadena de suministro antes de que se conviertan en fallas críticas. La conectividad ha mejorado drásticamente y esto ha facilitado la ejecución de operaciones más flexibles y eficientes.
Este aumento en la visibilidad resulta particularmente relevante tras la era del “justo a tiempo”, donde la reducción de inventarios en reserva podía aumentar los riesgos. Ahora, con la capacidad de ver lo que sucede en cada eslabón de la cadena de suministro, las empresas pueden operar de manera más flexible y eficiente.
¿Cómo encajan las soluciones de última milla en este panorama?
A medida que las tecnologías evolucionan, también lo hacen las soluciones específicas para la última milla. Aquí es donde la logística se enfrenta a su mayor reto: lograr una transición fluida entre las diferentes fases del proceso y asegurar que las operaciones finales de entrega se ejecuten sin contratiempos. Las soluciones tecnológicas para la última milla deben ser inteligentes y flexibles, capaces de gestionar rutas, coordinar con los clientes, monitorear las entregas en tiempo real y asegurar la recolección de evidencia sólida de entrega.
El reto principal está en integrar estas soluciones con el resto del ecosistema tecnológico. Esto implica que los equipos de última milla deben tener acceso a la información relevante —desde los datos de pedidos hasta la disponibilidad de flotas y las ubicaciones de los artículos— en el momento adecuado. En el pasado, este proceso implicaba un esfuerzo manual que consumía tiempo y era propenso a errores. Sin embargo, las soluciones modernas, mediante integraciones nativas y APIs, permiten que el flujo de datos sea más rápido y preciso.
Un aspecto crucial de estas integraciones es la bidireccionalidad del flujo de datos. Las soluciones de última milla no solo deben recibir información de otras plataformas, sino también enviar datos sobre las entregas completadas a sistemas como ERP y WMS, facilitando así el seguimiento adecuado de las entregas y permitiendo una facturación más ágil a los clientes.
Mejores prácticas para la integración de software de última milla
El éxito de una estrategia de última milla depende, en gran medida, de la integración fluida de las tecnologías involucradas. No basta con que el software funcione bien de manera independiente; es esencial que se conecte eficazmente con el resto de las soluciones logísticas. Para lograrlo, existen algunas prácticas recomendadas:
A medida que el sector logístico sigue evolucionando, las empresas enfrentan desafíos cada vez mayores, pero también tienen acceso a oportunidades significativas para mejorar la eficiencia y el rendimiento en toda la cadena de suministro. El secreto está en adoptar un enfoque estratégico, donde las soluciones de última milla no se consideren como entidades aisladas, sino como una parte integral de un ecosistema conectado.
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