Parece ciencia ficción, pero un profesor de física de la Universidad estadounidense de Rochester llamado John Howell ha conseguido crear una capa de invisibilidad con la ayuda de su hijo Benjamin, de tan solo 14 años.
Primero moldearon varios recipientes de plexiglás en forma de L y los llenaron de agua. En segundo lugar, adquirieron cuatro lentes de tan sólo 3 dólares para conseguir un ocultamiento espacial. Y el tercer dispositivo es un conjunto de espejos como los que emplean los magos en sus trucos.
¿El resultado? Puede verse en el vídeo que acompaña estas líneas: un proyecto de DIY (“do it yourself”) muy original, valorado en 150 dólares y con el que se pueden ocultar grandes objetos (en este caso personas) a frecuencias específicas.
Eso sí, el encubrimiento se realiza de forma unidereccional. Y es que posiblemente la limitación más notable del experimento sea que sólo funciona desde cierto punto de vista del espectador, lo que podría imposibilitar sus usos en algunas áreas.
Los Howell señalan que, pese a este inconveniente, su capa de invisibilidad es “claramente escalable a grandes dimensiones” y podría utilizarse, por ejemplo, en satélites que orbitan la Tierra.
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