Opera Software ha presentado una demanda contra un ex-empleado, alegando que éste contó sus secretos comerciales al creador de uno de sus navegadores rivales: la Fundación Mozilla, responsable de Firefox. Y, en consecuencia, reclama 20 millones de coronas noruegas (unos 3,4 millones de dólares al cambio) por daños.
La parte demandante “cree que Hansen, después de abandonar Opera, ha actuado en contra de sus obligaciones contractuales y legales, entre otras cosas, en lo que respecta al deber de lealtad y sus obligaciones de confidencialidad”, según explica el abogado de Opera y recoge The Next Web. Ésta sería “una empresa innovadora que ha desarrollado software y tecnología que han demostrado tener éxito a nivel internacional. Y es natural que actúe frente a cualquier violacióna fin de proteger sus intereses”.
¿Qué dice Hansen? Básicamente, que no hay caso. En un post publicado en su Tumblr a raíz de la comunicación de la demanda explica haber estado trabajado sobre la idea de un navegador tras su marcha de Opera, pero especifica que dicho navegador “existía como concepto e ideas, pero nunca se desarrolló, ya que opté por centrarme en otros proyectos”.
“Es cierto que me reuní con Mozilla, Google y Flock (un primer intento de navegador social) en 2007 para hablar sobre el futuro de los navegadores”, reconoce, “pero al final elegí un camino diferente”.
En verano de 2008, el fundador y por aquel entonces CEO de Opera, Jon von Tetzchner se habría vuelto a acercar a él para retomar su colaboración. “Le dije que no quería ningún salario, tampoco acciones, sino el 1% de los ingresos de búsqueda como compensación. Me dijo que era imposible, así que no hubo acuerdo. De hecho nunca hubo ningún tipo de acuerdo o transferencia de la propiedad del concepto de GB [el nombre que Hansen ha elegido para referirse al tipo de navegador que siempre ha tenido en mente] a Opera“, indica.
“En el comienzo de 2009”, continúa relatando, “llegamos a un acuerdo en el que únicamente me dedicaría a ser consultor y, durante 2009 y 2010, algunas de mis propuestas de diseño se basaron naturalmente en algunos de mis viejos conceptos de GB, ya que ésa es la dirección que quería que tomase el navegador”.
El siguiente paso, según la versión de Hansen, fue firmar un contrato de consultoría con Mozilla. En junio de 2012 se hizo público un vídeo en el que presenta un prototipo de navegador táctil bautizado como Junior, “que nada tiene que ver con la demanda presentada por Opera”, aclara el demandado.
“Sin embargo, en ese mismo vídeo, un empleado de Mozilla presenta entre otras una función nombrada Search Tabs y Opera dice que eso demuestra que debo haber proporcionado sus secretos comerciales a Mozilla causándoles daños por valor de 20 millones de coronas noruegas”, concluye Hansen. “Estoy totalmente en desacuerdo con su posición, considero que se me ha acusado injustamente y creo que puedo demostrar mi caso”.
A partir de aquí, habrá que esperar para ver qué es lo que tiene que añadir Opera y cómo se desarrolla esta batalla judicial que, según ha revelado la compañía nórdica, dará su pistoletazo de salida en agosto.
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