Para la compañía Altair, gracias a la aplicación de técnicas de simulación computacional, productos como autos, motocicletas, helicópteros refrigeradores y hasta estufas modernas y con los avances más notables en tecnología son hoy factibles de crear sin tantas complicaciones, y ahorrando millones de dólares a las empresas.
Para Víctor Cook, technical field operations manager para México y América Latina en Altair, compañía que desarrolla software de simulación computacional, asegura que para empezar a entender qué lugar tiene la simulación en la vida de un producto, cabe recalcar que las empresas invierten cantidades enormes de dinero y tiempo antes de lanzar a la venta un producto que satisfaga las necesidades funcionales, y por supuesto, estéticas del mercado, mientras la competencia es cada vez más grande y los tiempos de desarrollo son cada vez más cortos.
“Por ejemplo, un fabricante de teléfonos inteligentes estará interesado en saber qué pasaría si su producto de última generación se cae de una altura de dos metros para poder predecir daños y garantizar la calidad de su diseño, incluso bajo condiciones severas. Dicho ejercicio es impráctico usando únicamente prototipos reales, ya que esto implicaría costos excesivos en caso de requerir un rediseño, ya tarde en el desarrollo, y un difícil rastreo de la fuente real del problema”, señala.
Resolviendo problemas
Actualmente, la tecnología ha permitido que se desarrollen diferentes módulos de software de simulación, donde el resultado se logra conocer a través de varias técnicas numéricas utilizando computadoras, como el Método de Elemento Finito, para resolver problemas físicos, tales como deformaciones en los cuerpos, su dinámica, temperaturas o flujos alrededor de ellos.
“Nosotros poseemos y desarrollamos diferentes tecnologías de análisis, creación de modelos y visualización de resultados para resolver problemas físicos que, planteados a tiempo, ayudan a ingenieros y diseñadores a conocer mejor el rendimiento de su producto en todas las fases de desarrollo, desde la generación temprana del concepto hasta la validación virtual, antes de la prueba física, y hasta la correlación con ésta”, explica Cook.
Por otro lado, puede haber situaciones en las que un diseñador o un ingeniero ya tenga un concepto de diseño definido para su producto, aunque sabiendo que su iteración más reciente es mejorable. Por ejemplo, se podría disminuir el peso de un vehículo y hacerlo más ligero y minimizar sus emisiones, o podría hacerse un producto más ergonómico. Para lograr estas mejoras, la simulación y la optimización son herramientas fundamentales.
“Altair sobresale en el desarrollo de técnicas de optimización que permiten la mejora continua del producto conforme madura en el proceso de diseño, con la intención de maximizar el rendimiento, tanto funcional como de costo, y minimizar la posibilidad de sorpresas desagradables para el momento en que se hacen las primeras pruebas”, agrega Víctor.
Gracias a la tecnología de simulación, las empresas de todos tamaños, los ingenieros y diseñadores pueden ver y conocer el funcionamiento de sus productos desde su escritorio y optimizar y comprobar sus creaciones antes de que estén hechas físicamente, con el fin de conocer sus fallas y fortalezas sin abusar de tiempo y recursos.
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