El término híbrido evoca muchas imágenes, desde especies de plantas hasta automóviles híbridos y, un poco más cerca de casa, arquitecturas de infraestructura digital heterogénea. La palabra evoca la mezcla de una cosa con otra. Tal vez sea la genética, los tipos de combustible o, en el caso de la TI, un elemento fundamental del diseño arquitectónico. El resultado es a menudo un estado intermedio, no necesariamente una cosa ni la otra, sino algo nuevo.
La nube híbrida es una solución que combina una nube privada con uno o más servicios de nube pública, con un software exclusivo que permite la comunicación entre cada servicio distintivo. Una estrategia de nube híbrida proporciona a las empresas una mayor flexibilidad transportando cargas de trabajo entre soluciones de nube según fluctúen las necesidades y los costos.
El 2020 ha visto un cambio significativo de implementaciones solo en la nube pública y privada a estrategias híbridas y multinube. Según estimaciones de Statista, el mercado de almacenamiento en la nube híbrida en México generó USD$210 millones en ingresos, de los cuales 2.14 mil millones de dólares en ingresos generados por el mercado de almacenamiento en la nube en México en total.
Las arquitecturas multicloud híbridas representan el mejor camino para interactuar con un panorama de infraestructura que cambia rápidamente. Estas nos brindan la oportunidad de administrar procesos de uso intensivo de datos heredados y, al mismo tiempo, adoptar nuevos marcos de datos “nacidos en la nube”.
Sobre la importancia de los entornos híbridos de múltiples nubes, los analistas de IDC comentan: “Con pocas excepciones, la mayoría de las empresas que buscan respaldar sus futuras aplicaciones comerciales necesitarán implementar una infraestructura digital híbrida”.
Cuatro dimensiones importantes específicas de su infraestructura de datos y aplicaciones merecen un análisis cuidadoso al evaluar los beneficios potenciales de las soluciones híbridas multinube para su entorno de TI:
Implementaciones físicas versus virtuales: aprovechar una solución híbrida de múltiples nubes implica determinar qué elementos de su entorno requieren implementaciones de hardware físico dedicado. Una implementación física cuidadosamente ejecutada puede tardar hasta tres meses en instalarse, probarse y ponerse en funcionamiento. La opción serían implementaciones “virtuales”, que presentan una variedad de funciones, como redes definidas por software (SDN), capacidades de computación y almacenamiento y aplicaciones de Edge (Apps) que podrían implementarse en cuestión de días. La selección entre una solución de hardware dedicada y una solución virtual depende de una serie de consideraciones, incluida la propiedad de datos específicos, el rendimiento de la aplicación y los requisitos de seguridad.
Soluciones públicas versus privadas: las conversaciones sobre arquitecturas de cargas de trabajo híbridas tienden a enfatizar la migración a la nube. Hay una razón para eso. Toda organización se enfrenta a la cuestión de cómo migrar de manera óptima las funciones de TI a la nube porque las aplicaciones críticas para el negocio están evolucionando dentro del entorno de la nube y los recursos basados en la nube están creciendo a un ritmo acelerado. Este panorama cambiante está presionando a las organizaciones de TI para que se adapten. Un enfoque híbrido presenta beneficios genuinos para cualquier empresa que busque optimizar las implementaciones públicas o privadas. Obtener una mayor agilidad (por ejemplo, al implementar estrategias virtuales para aplicaciones emergentes), conserva la seguridad de administrar sistemas heredados a través de recursos de nube privada.
Desarrollo autónomo frente a soluciones estándar de la industria basadas en el ecosistema y listas para usar: la elección entre el desarrollo interno y las soluciones OTS se reduce a sopesar el costo del desarrollo interno frente a factores como el potencial limitaciones reglamentarias y requisitos específicos de seguridad de datos. Se está volviendo cada vez más impráctico sostener el tipo de desarrollo requerido para administrar de manera efectiva entornos de TI complejos. Además, es fundamental adoptar un enfoque de panel único para gestionar un mundo híbrido. De lo contrario, la interacción de elementos físicos, virtuales, heredados, basados en la nube, privados y públicos puede volverse abrumadoramente compleja. Sin un enfoque coherente e integral para la gestión de la infraestructura, podría ralentizar su transformación digital. Eso puede complicarse aún más por la gran cantidad de socios, los diferentes niveles de servicio y las diferentes formas de acceder a los recursos.
Implementaciones Edge versus Core: un paso esencial en la evaluación de cómo implementar multinube híbrida es determinar qué aplicaciones y servicios deben ejecutarse en el núcleo y cuáles ejecutar en Edge. Ciertas aplicaciones pueden exigir que los almacenes de datos permanezcan centralizados, en las instalaciones para la privacidad de los datos, la protección o para reducir los costos de salida de la nube, pero aún requieren un acceso rápido a análisis basados en la nube u otras aplicaciones de múltiples nubes. Dichos requisitos podrían adaptarse mejor a una solución central adyacente a la nube. Por el contrario, es posible que tenga un requisito con muchos elementos distribuidos. Por ejemplo: oficinas remotas, trabajadores y recursos de datos que aprovechan una solución de integración de escritorio virtual (VDI), o puede admitir una red de IoT de vehículos autónomos o una aplicación de control de tráfico regional. Esas situaciones se pueden solucionar mejor con un enfoque de Edge que se conecte directamente con múltiples servicios de nube. Las organizaciones enfrentan un problema existencial de administrar elementos de infraestructura central y distribuida simultáneamente.
Algún tipo de infraestructura digital híbrida multinube está en su futuro, y ya es parte de su presente. Es imperativo que los líderes digitales aprovechen las oportunidades que presenta la multinube híbrida. Un enfoque heterogéneo puede permitirle integrar elementos físicos y virtuales en un entorno mixto que aproveche las ventajas de ambos.
Una arquitectura multicloud heterogénea logra esta integración dentro del contexto de una única plataforma que puede hacer frente a un entorno heterogéneo y que es capaz de soportar servicios virtuales y de coubicación. Este enfoque integrado le permite acceder a múltiples ecosistemas digitales y empresariales, ya sea física o virtualmente. La clave es implementar una plataforma simplificada que no comprometa la confiabilidad, la seguridad o el control y que sea entregada por una organización que comprenda esta complejidad.
Por Anthony Cusimano, Director de Marketing Técnico en Object First.
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