Las figuras públicas de Colombia tienen muchos seguidores falsos
“El tener un número representativo de seguidores dejó de ser una simple preocupación de los jóvenes por destacarse entre sus amigos, y se ha convertido en una verdadera guerra estratégica para marcas, figuras artísticas y personajes políticos”, dice un informe.
LOOR, agencia especializada en gestionar la reputación de las marcas, y Adalid, empresa de seguridad informática forense, realizaron un interesante estudio en el cual identificaron que las redes sociales de los colombianos “están plenamente permeadas con la práctica de la compra de popularidad virtual”.
Así, de acuerdo con este estudio, con la importancia que han alcanzado las redes sociales, el tener un número representativo de seguidores dejó de ser una simple preocupación de los jóvenes por destacarse entre sus amigos, y se ha convertido en una verdadera guerra estratégica para marcas, figuras artísticas y personajes políticos.
Según Paola Méndez, Directora General de LOOR, “en el caso de las marcas, gran parte de sus recursos, antes dedicados a la publicidad convencional, se han orientado al manejo de sus redes sociales, otorgándoles tanta importancia que han pasado de usar las capacidades de un solitario Community Manager, para abrir completos departamentos conformados por estrategas, analistas y operadores”.
Para Andrés Guzmán, CEO de Adalid, “un caso increíble es la importancia que las redes sociales han ganado para el mundo político pues, incluso los grandes líderes mundiales no sólo han hecho de estos canales la manera más efectiva y rápida de comunicarse con sus electores, sino de “presumir” ante sus competidores y “manejar” su imagen frente a la opinión pública”.
Para tomarle el pulso a este tema, LOOR analiza, a través de un estudio propio, la influencia de los falsos seguidores en el caso de los personajes de nuestro mundo artístico y también de los más influyentes políticos de Colombia. Y en sus conclusiones, calcula que de los seguidores de Marta Lucía Ramírez, un 30% son falsos y que Germán Vargas Lleras solo tendría un 62% de ‘followers’ que son reales, por poner dos ejemplos de los tantos analizados.
Como gran conclusión, Paola Méndez asegura que este tema de los seguidores falsos deja una mala sensación. Si bien es cierto que este “engaño” no tiene ninguna penalidad ni castigo, las propias redes sociales no se pronuncian al respecto pues son las primeras beneficiadas porque su éxito radica en el tráfico, sin importar de dónde venga.